Efectivos del Subsector del Tráfico de la Comandancia de la Guardia Civil de Cuenca, han investigado a un conductor varón de 57 años de edad y de nacionalidad española como presunto autor de un delito contra la seguridad vial, al ser detectado circulando en sentido contrario a la circulación durante 11 kilómetros por la autovía A-3.
Los hechos ocurrieron en la madrugada del pasado día 03, cuando la Central Operativa de Tráfico (COTA) del Subsector de Cuenca, recibió varios avisos de usuarios que informaban de la existencia de un vehículo tipo turismo, que circulaba en sentido contrario por la Autovía A-3 a la altura del km 90 (término municipal de Villarrubio), circulando hacia Valencia, por los carriles reservados al sentido Madrid.
Desde la central COTA se alertó a las patrullas en servicio próximas al lugar donde se había visto circulando dicho vehículo para tratar de localizarlo e interceptarlo, aplicando el protocolo establecido al efecto para “Vehículo que circula en sentido contrario”, al objeto de evitar la ocurrencia de un siniestro vial de consecuencias imprevisibles.
Como resultado del dispositivo montado, Patrulla de Seguridad Ciudadana conformada por agentes del Puesto de Montalbo y Puesto de Saelices interceptaron al vehículo infractor comprobando que efectivamente circulaba en sentido contrario, procediendo a su detención en lugar seguro fuera de la vía, haciéndose cargo de las actuaciones el Equipo de Atestados del Subsector de Tráfico de Cuenca, procediendo a investigar al conductor por un presunto delito “Contra la Seguridad Vial”, por conducir de modo temerario, instruyendo diligencias que fueron puestas a disposición del Juzgado de Instrucción nº 2 de los de Tarancón (Cuenca).
El conductor responsable se podría enfrentar a penas de prisión de seis meses a dos años y privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior a uno y hasta seis años.
La Guardia Civil recuerda la importancia del estricto cumplimiento de las normas de tráfico, ya que comportamientos similares ponen en serio peligro la vida e integridad física de los conductores y usuarios de las vías.
