-Hola, soy Sergio Morate, de Cuenca, estoy aquí por el asesinato de dos personas… Me parece injusto que a mí me caigan 48 años y otros que han asesinado a sus hijos tengan menos condena… (sic).
El asesino de Laura del Hoyo y Marina Okarynska, Sergio Morate, muestra en la cárcel de Herrera de la Mancha una frialdad que supera a otros asesinos de la talla de José Bretón y Miguel Carcaño. En un reportaje que publica El Mundo y firma Pedro Simón, explica que los tres han participado en uno de los talleres de diálogo restaurativo en el salón de actos de la citada prisión y en él «Sergio Morate fue el que se mostró más frío, más inconforme con su situación, más refractario», señala el periodista.
En dicho taller, Morate se relacionó con expresiones como:
«No existe la justicia, porque depende del momento en que te condenen, te cae una pena u otra».
Cuando me enfado, me cuesta mucho controlarme. Cuando algo me hace daño, sé que reacciono así…». Cuestionado por el arrepentimiento, contesta que sí, que está arrepentido, pero sobre todo por las «consecuencias» que el doble crimen ha tenido para él y para su familia. Cuando se le pide reflexionar sobre la parte más afectada con todo lo sucedido, el recluso cita a su propia madre.
-¿Y aquellas dos mujeres no son tus víctimas?
-Sí, vale, pero ella[se refiere a su ex novia, Marina Okarynska] no era un buen bicho…
El reportaje completo puede leerse en el siguiente enlace.