La Asociación Stop Biogás Alto-Tajo niega que esté llevando a cabo una campaña de desprestigio contra Islonias S.L. y asegura que tan sólo se limitan a denunciar el peligro ante la posibilidad de que las cenizas de biomasa acaben en el río Gallo.
«Nosotros estamos intentando, por todos los medios legales, que el proyecto de la planta de Biogas no llegue a término», explican, .»pero nunca habríamos tenido que levantar la voz sobre las cenizas abandonadas si la empresa se hubiera hecho cargo de ellas correctamente, como única responsable de ello que es».
Además, aclaran que el uso de cenizas en agricultura puede ofrecer varios beneficios, siempre y cuando se realice de manera adecuada y considerando ciertos factores. Sin embargo, la aplicación excesiva de cenizas puede tener efectos negativos, como el aumento descontrolado del pH o la acumulación de sales. Se debe realizar una aplicación cuidadosa y basada en análisis de suelo.
En el caso del agua, entramos en otro tema diferente. Las cenizas de biomasa, que resultan de la combustión de materiales orgánicos como madera, residuos agrícolas o pellets de biomasa, pueden afectar la calidad del agua de diversas maneras.
Por este motivo, consideran que la gestión adecuada de las cenizas de biomasa es crucial para minimizar su impacto ambiental. La regulación y supervisión adecuadas también son esenciales para garantizar que las cenizas de biomasa se manejen de manera sostenible y se minimice su impacto en el agua y el medio ambiente en general. «A nuestro parecer, este aspecto no se está realizando correctamente ni por parte de la empresa ni por parte de las instituciones responsables», recalcan para matizar que «la realidad es que la empresa cerró hace un año y no tienen ninguna intención de retirar las cenizas o de asegurarlas en un emplazamiento de «interior».