El juego online es un sector muy rentable que no ha parado de incrementar en cuanto a ganancias se refiere. En 2017, el dinero total que se gastó en juego para dispositivos móviles fue de 46,1 mil millones de dólares (lo que supone un 42% del total del ocio online). Se prevé, según las previsiones de Tragaperras Web, que está tendencia vaya a ir en aumento y que para 2020 pueda superar hasta el 50%.
Un 4% de este porcentaje hace referencia a los juegos para navegador que, como ya se han demostrado, son una tendencia a la baja. No obstante, hoy por hoy, todavía sigue teniendo su público.
Los juegos free-to-play suponen un tipo de negocio muy rentable. La idea en la que se basan los mismos es dejar que el jugador juegue de manera “gratuita”. Sin embargo, se encontrará con ciertas funcionalidades que serán de pago, y que cada vez serán más necesarias para avanzar.
Dentro de este porcentaje también tenemos aquellas personas que se dedican a jugar a los casinos y tragaperras online. Es decir, de la misma manera que podemos ir a un casino físico de los de toda la vida para hacer una apuesta en una máquina, ahora también se puede hacer a través de Internet.
Aunque todos estos datos son muy positivos para las empresas que distribuyen este tipo de ocio, organizaciones como la Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados (FEJAR) alertan de los riesgos de esta tendencia. La FEJAR opina igual que los psicólogos; concluyen en que hay que crear mecanismos que ayuden al individuo a conocer los riesgos del juego patológico, tanto para aquellos que ya lo padecen y no se han dado cuenta, cómo para aquellos otros que están en vías de padecerlo.
La DGOL no ve relacíon entre los números de jugadores y la ludopatía
La Dirección General de Ordenación del Juego (DGOL) no ve problema en relación con las cifras de personas que padecen de juego patológico, ya que suponen un porcentaje inferior a un 1% (en el año 2017 fue inferior al 0,5%). Dicho así no parece un gran número de personas… pero si decidimos que son más de 430 mil personas la cosa cambia. Además, la FEJAR establece que esta cantidad es incluso mayor, pero que todavía son muchos los jugadores patológicos los que no se deciden a dar el paso para buscar ayuda, por lo que no están registrados en el sistema. Hay otros tantos que ni tan siquiera saben que necesitan ayuda.
El gambling es un nueva forma de jugar que aprovecha los recursos del siglo XIX para crear un nuevo sistema de entretenimiento de ingresos, no sólo para los consumidores habituales, sino también para diferentes instituciones. Y aunque es claramente rentable, en ningún caso debemos de olvidar el impacto que tiene una adicción de esta índole directamente sobre el individuo. Podría afectarle tanto a nivel personal, como a todo su entorno.
El Gobierno tendrá que aplicar las regulaciones pertinentes para proteger al ciudadano de estos trastornos.