La transparencia, el acceso a la información pública y las normas de buen gobierno deben ser los ejes fundamentales de toda acción política. Estamos cansados de repetirlo.
Si los ciudadanos conocen cómo se toman las decisiones que les afectan, cómo se manejan los fondos públicos o bajo qué criterios actúa el gobierno municipal, se empieza a responder a una sociedad crítica, exigente y que demanda participación en la toma de decisiones.
Así, mientras la transparencia constituye una expresión de política pública mediante el cual el Gobierno decide por voluntad propia exponer su actuación a la ciudadanía, el acceso a la información constituye un derecho de cualquier persona para solicitar, requerir, recabar y difundir, cualquier información que produzca, obtenga, procese o resguarde cualquier institución pública.
No por el simple hecho de que exista una ley que «obligue«, la exigencia de una cultura de la transparencia debiera ser la meta de cualquier administración para lograr una sociedad mejor, más informada, más exigente y más participativa, consiguiendo así un verdadero gobierno abierto.
“Lo que sucede con el gobierno de Blanco es desolador. Un equipo que sigue alardeando de ser transparente sin serlo y no sabe que la información que debe trasladar a los ciudadanos y a los grupos de la oposición no es una gracia que nos regala cuando le conviene, sino una obligación que ha de cumplir”, afirma la portavoz del grupo de IU, Mª José Pérez.
“Hemos denunciado hasta la saciedad el funcionamiento cotidiano de este gobierno municipal. Contesta a los grupos de la oposición cuando quiere y sobre lo que quiere, no respeta los acuerdos firmados y aprobados por un órgano decisorio como es el Pleno, ni tampoco los principios básicos de la transparencia”.
Según Pérez “la Junta de Gobierno Local no traslada a los grupos políticos las decisiones que adopta ni las da a conocer a los vecinos. Y el mal llamado Portal de Transparencia no incluye datos tan relevantes como: los gastos derivados de las fiestas, documento este que ha sido solicitado por los grupos políticos en todas las reuniones mantenidas con al Concejala de Festejos sin ningún éxito. El presupuesto del presente año que se aprobó en el mes de abril, mucho menos su ejecución que es lo que realmente interesa conocer, ni las modificaciones presupuestarias que ha sufrido a lo largo de estos meses. Nada se dice de los contratos menores que se han firmado a lo largo de la legislatura, ni de las encomiendas de gestión y no existe información alguna sobre participación ciudadana de este municipio”.
“Queda demostrado que los dos años de gobierno de Blanco representan una etapa de ostensible incompetencia al frente de las concejalías, improvisación, abulia administrativa y de ausencia de buenas prácticas de transparencia en la gestión municipal. Lo peor, es que sabe que su equipo ya no tiene remedio”, finaliza Pérez.
