El comité de empresa de Bormioli Rocco ha anunciado una nueva huelga los días 22, 24 y 26 de junio, de dos horas en cada turno, por el incumplimiento de los acuerdos firmados el pasado mes de marzo, la posible externalización de algunos trabajos y la falta de seguridad en la fábrica.
Los trabajadores no han descartado nuevos paros si la dirección de esta empresa italiana con planta en Azuqueca de Henares (Guadalajara) se replantea los acuerdos, según ha informado hoy el comité de empresa en nota de prensa.
Según la plantilla, Bormioli Rocco ha incumplido el convenio pactado, según el cual se comprometía a recuperar el 15 por ciento del salario que se redujo en 2013 por motivos de viabilidad de la empresa y que tenía que haberse plasmado en un 7,5 %.
«Hay 60 trabajadores que en la primera nómina deberían haber recibido los atrasos correspondientes, pero la empresa no ha pagado ni tiene intención de hacerlo», ha afirmado el comité.
Además, la empresa ha anunciado la posibilidad de externalizar parte de los trabajos de la fábrica y modificar el turno de una de las secciones de decorado.
Falta de seguridad y extremas temperaturas
Asimismo, el comité de empresa ha denunciado la falta de seguridad para los trabajadores de Bormioli Rocco y las extremas temperaturas que tienen que soportar en la sección de escogido, tanto en verano como en invierno.
Este asunto ya ha sido comunicado por el comité a la empresa «sin que se note ningún tipo de mejora ni presenten proyectos para subsanar esta situación».
Por otra parte, la instalación de una contrata en la fábrica, en una zona no habilitada para los trabajos que se desempeñan, está provocando un gran tránsito de carretillas con trabajadores a pie que puede conllevar peligro.
«Pensamos que después de la negociación la fábrica tendría una larga temporada de paz social, pero tenemos la impresión de que para esta dirección los acuerdos no tienen ningún tipo de validez y que su preocupación por los trabajadores es nula», ha lamentado el comité de empresa.
Ha añadido que la huelga «supone un gran esfuerzo para los trabajadores», pero ante la «imposibilidad» de llegar a un entendimiento con la dirección no ve «otra alternativa» que convocarla.
