Sábado 7 de abril, una joven es ingresada tras sufrir una fuerte cogida durante un evento taurino aparentemente celebrado sin licencia en Fuentelencina, Guadalajara. Contactaron con Guadalajara Antitaurina para hacernos llegar un secreto a voces en el pueblo: en la finca Valseco del municipio alcarreño, se llevan sucediendo numerosos eventos taurinos a puerta cerrada con el aparente consentimiento de las autoridades, pese a no tener permiso
para este tipo de festejos.
La chica accidentada (de la que no revelaremos su identidad) pasó una noche hospitalizada, con un fuerte traumatismo en la cabeza, rotura de tabique y sutura en un ojo. Participantes en el acto, la señalaron como única responsable del incidente, diluyendo la culpabilidad de los organizadores y de las instituciones.
Esta actividad se publicita en grupos herméticos de whatsapp, cobrando entrada, suministrando barra libre de alcohol y programando numerosas sueltas de reses, incluyendo en el propio cartel el escudo del ayuntamiento.
La finca se encuentra a las afueras de la localidad, siguiendo el camino del Barranco de las Cañadas, a dos kilómetros de la Ermita de la Soledad. En ella se cría ganado bovino y cuenta con un pequeño ruedo, donde al parecer se organizan capeas y suelta de reses para todo aquel que desee desquitarse con un animal, habiendo pagado su correspondiente entrada, y bajo una estricta norma: no realizar fotos ni vídeos de su interior una vez comenzada la jornada.
Es de suponer que nadie quiere que esto se sepa, que los organizadores gozan de libre albedrío para embolsarse la friolera de 3000€ al día por satisfacer las pasiones taurinas. Es también de suponer que el consistorio prefiere no enterarse de lo que allí sucede, pero que salga
a la luz un suceso de estas características a un mes de las elecciones municipales, puede suponer un revés en la legislatura. Ya deja de sorprendernos que otro municipio gobernado por el PSOE en Castilla – La Mancha dé vía libre a las tropelías taurinas, que el maltrato animal no sea una prioridad entre sus competencias, pero que la seguridad ciudadana salte al debate público por el peligro que supone la tauromaquia en nuestro país, va tomando relevancia a la hora de ser complacientes con sus prácticas.
Nuestra región parece que va quedando rezagada en los avances sociales, que nuestra clase política se esfuerza en contentar a Castilla – La Mancha como el último reducto tauricida en desaparecer. Parece ser que es aquí donde toreros, ganaderos y demás caterva desubicada, encuentra la fórmula adecuada para seguir haciendo negocio a costa del empobrecimiento ciudadano. ¿Para qué queremos hospitales, escuelas, sueldos dignos para los bomberos forestales, cuando podemos ir cada fin de semana a divertirnos humillando a un animal?
Los restos de la tauromaquia todavía suponen un plato suculento, mientras haya pocos entre los que repartir. La España Vaciada es el entorno idóneo donde vender los muebles de una subcultura condenada a desaparecer.
Los tiempos son lo que determinarán si la reestructuración de nuestras provincias llega tarde o si podemos reinventarnos para frenar la despoblación, el deterioro de nuestros servicios públicos y la conservación de nuestro medio ambiente. El tiempo dirá.
