El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, acompañado por el secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Luis Ortiz, ha presidido este martes en Cuenca el acto de inicio de la obra para el futuro Centro de Estudios Penitenciarios. “Dedicar fondos a la mejora de infraestructuras y a la formación nunca es un gasto, sino una apuesta decidida por el futuro y la mejora de nuestra sociedad”, ha señalado el ministro.
El proyecto, con una inversión prevista de 14,2 millones de euros, contempla que el nuevo centro de estudios disponga de dos áreas diferenciadas: el edificio destinado a la formación teórica, que albergará las aulas docentes y el auditorio, y el edificio de simulación, que reproducirá en cuatro plantas las distintas zonas de un centro penitenciario para un aprendizaje práctico de cuantas situaciones puedan darse en una prisión.
Fernando Grande-Marlaska ha destacado en su intervención “el compromiso ineludible con la capacitación y la formación de excelencia” de los funcionarios de prisiones y las posibilidades de la nueva infraestructura para la consecución de este objetivo.
“Se trata de una arquitectura muy vinculada a su función, pensada para proporcionar una formación integral a sus alumnos, una arquitectura que trasciende las necesidades del aprendizaje teórico y que pone todos sus espacios al servicio de la futura práctica profesional”, ha subrayado el ministro del Interior. “Por primera vez, en un centro formativo penitenciario habrá un edificio destinado exclusivamente a la simulación de las situaciones que gestiona un funcionario en su día a día”.
En el acto simbólico han participado la presidenta de la Sociedad de Infraestructuras y Equipamientos Penitenciarios y de la Seguridad del Estado, Mercedes Gallizo, y el alcalde de la ciudad, Darío Dolz. Asimismo, han asistido la delegada del Gobierno, Milagros Tolón, y el director general de Ejecución Penal y Reinserción Social, Miguel Ángel Vicente.
UN EDIFICIO CON CAPACIDAD PARA MÁS DE 500 ALUMNOS
El Centro de Estudios Penitenciarios estará situado en la parcela de 14.488 metros cuadrados que ocupaba el antiguo Colegio San Julián de Cuenca. El edificio principal, de cuatro plantas, contará con mediateca-biblioteca, área de estudio e investigación, gimnasio y seis aulas con una capacidad máxima para 560 alumnos. Cada una de estas salas podrá, además, dividirse en dos espacios, con el fin de adaptarse a las distintas necesidades formativas, y acoger, en ese caso, de manera simultánea a 480 personas.
En esa misma edificación, estará ubicado el auditorio, de 500 plazas. Diseñado con el mismo concepto de versatilidad, dispondrá de mamparas móviles que permitirán transformar este espacio en tres salas: una de 250 plazas y, las otras dos, con capacidad para albergar a 125 personas cada una.
En cuanto al segundo edificio, de la misma altura, estará orientado a la formación de carácter práctico y reproducirá instalaciones de un centro penitenciario como galerías de celdas, áreas de control o patio para un aprendizaje integral de la gestión del día a día en una prisión, así como de las diferentes situaciones que puedan darse.
UNA INFRAESTRUCTURA SOSTENIBLE Y EFICIENTE
El proyecto del Centro de Estudios Penitenciarios es una muestra, por otro lado, del compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030. Bajo la premisa de una construcción de Edificio de Consumo de Energía Casi Nulo (EECN), responde a criterios de promoción del ahorro energético y de sostenibilidad medioambiental, social y económica.
Lleva aparejado, además, un estudio en profundidad del clima para determinar las medidas óptimas de protección, así como un acondicionamiento acústico debido a las necesidades intrínsecas del nuevo centro como espacio en el que se va a impartir formación.
