Cogolludo acaba de celebrar su III Jornada Renacentista, un evento organizado desde el departamento de turismo municipal y con la colaboración del consistorio local. Estas jornadas están orientadas a divulgar y reivindicar el pasado de la villa y hacerlo en el entorno del que es, sin lugar a dudas, uno de los edificios más importantes del Renacimiento español: el Palacio de los Duques de Medinaceli, primer monumento construido en nuestro país bajo la influencia estilística del Renacimiento.
Tal y como afirma Javier Segura, Guía Oficial de Turismo en Cogolludo y organizador de la Jornada Renacentista de aquella localidad, «la idea surgió hace dos años como recreación histórica para traer el Renacimiento a la villa que fue cuna de este movimiento en su llegada a España».
«El siglo XVI fue muy prolífico en Cogolludo y, además del palacio, aquí hubo conventos, iglesias y otros muchos edificios emblemáticos, y por aquí pasaron grandes nombres de la historia y las letras españolas», añade Segura.
Muchas actividades en clave renacentista
Los actos comenzaban a las 11:00 horas con una visita guiada al Palacio Ducal, que se ofreció de manera gratuita, y que concluyó al mediodía con la recreación de uno de los actos más llamativos y trascendentes de la historia local: la lectura de la famosa Carta de Colón, de cuya escritura se acaban de cumplir 530 años.
Tal y como relata el propio Javier Segura, «cuando Cristóbal Colón llegó a Lisboa de vuelta de su primer viaje a América, desde la capital lusa escribió 3 cartas, 2 de ellas dirigidas a los Reyes Católicos (que entonces se encontraban en Barcelona) y otra que tenía como destinatario a Don Luis de la Cerda, I duque de Medinaceli y mentor de Colón ante la reina Isabel, quien a su vez escribió a su tío, el Cardenal Mendoza, una misiva cuya importancia radica en ser uno de los primeros documentos escritos que se conservan confirmando el descubrimiento de América por parte de Cristóbal Colón.
La carta está fechada en la villa de Cogolludo, el día 19 de marzo de 1493. Actualmente se encuentra en el Archivo Nacional de Simancas (Valladolid), si bien el Ayuntamiento de Cogolludo cuenta con un facsímil.
Tras la reseña histórica descrita, a partir de las 12:15 horas de la mañana tuvo lugar la apertura del mercado renacentista en la Plaza Mayor y una yincana organizada por la empresa guadalajareña La Rana Juliana, orientada a que niños y niñas con discapacidad también pudieran disfrutar de la jornada.
A las 13:00 horas, el maravilloso escenario del Patio de Armas del Palacio Ducal fue el marco para la actuación de un virtuoso de la guitarra española: Alberto de Andrés que, avalado por un impresionante currículum académico así como por su amplísimo bagaje a nivel mundial deleitó a los amantes de la guitarra clásica y el flamenco que asistieron a su actuación en Cogolludo.
Tras una pausa para la comida, a partir de las 17:00 horas se realizó una segunda visita guiada al Palacio de Medinaceli, de nuevo organizada por el departamento de turismo de la villa serrana. De manera paralela la Ludoteca El Arbolito llevó a cabo un taller de manualidades para los niños en los soportales de la Plaza Mayor.
La caída de la tarde trajo de nuevo interesantes actos al Palacio de los Duques de Medinaceli, que comenzaron a las 18:30 con una nueva exhibición de esgrima. Espada, florete y sable volvieron a cruzarse en aquel entorno, en una demostración de este arte que es, además, disciplina olímpica, y una clase práctica tras la que el público pudo empuñar las armas y practicar esgrima.
La programación continuó a las 20:30 y de nuevo sobre las tablas de palacio, con la representación de la zarzuela-opereta ‘Garcilaso… pues amas ¡Qué cosa es amor!’ En la obra, tres figuras emblemáticas de la cultura y la civilización española se encuentran en el monte Parnaso, un lugar en cuya altura solo caben versos, música y gozos: Garcilaso, Beatriz de Sá e Isabel Clara Eugenia. Garcilaso de la Vega fue un auténtico caballero del renacimiento que guerreó mucho, mucho amó y dejó, tras su corta vida, algunos de los versos más bellos jamás escritos en lengua castellana. Una obra que ejerció una amplia influencia sobre la literatura y los autores venideros en una época que se puede considerar como el manantial del que bebió el Siglo de Oro.
En el Parnaso coincide con Beatriz, quien pudo ser su amada y seguramente inspiró buena parte de su obra. Isabel, hija de Felipe II, fue una mujer adelantada a su tiempo: culta, decidida, fuerte y poderosa en un mundo gobernado por hombres. El gran amigo de Garcilaso, Juan Boscán (a quien se le debe que la obra del primero haya llegado a nuestros días), no está presente en la escena pero sí su nombre y sus palabras que pasan de boca en boca.
Sin duda, una parte destacada de la belleza que enseñorea este espectáculo, teatral pero también lírico, se debe a la presencia de la música que ya en su época se compuso para difundir la obra de ambos poetas. En ese mismo sentido, la incorporación de la danza histórica que se bailaba en las cortes de toda Europa, permitirá al público acercarse a lo que se escucharía, bailaría y sentiría en aquellos palacios renacentistas, como el de Cogolludo.
Las artes escénicas continuaron en el palacio de Cogolludo, ya en su interior. Y es que el Salón Rico de aquel monumento acogió la actuación de Marco Bedoni y Bruna Gondoni, dos bailarines italianos que provienen de una compañía de danza histórica, y que realizaron una deliciosa demostración de danzas cortesanas renacentistas seguramente muy parecidas a aquellas que hace siglos se hacían en aquel mismo lugar.
Diferentes coreografías al uso de la época fueron desarrollándose con la colaboración de Sherezade Soriano, una tercera bailarina que se acercó con la pareja de recreadores de danza hasta Cogolludo y también ataviada con el vestuario y atrezzo necesarios para sumir el entorno en un ambiente de gala digno de las mejores danzas cortesanas que se puedan bailar en el Salón Rico.
Y es que, ante la gran chimenea gótico mudéjar de esta noble sala, los bailarines se ganaron al numeroso público asistente desde el primer minuto y una vez que finalizaron los bailes, explicaron el origen de las piezas interpretadas, en una suerte de interpretación no exenta de la didáctica que ayude a asumir el espectáculo en su totalidad.
La actuación de Marco Bedoni, Bruna Gondoni y Sherezade Soriano dejó un gratísimo recuerdo entre los asistentes y supuso un impecable broche final a la exitosa III jornada renacentista de Cogolludo.