En tiempos de noticias falsas (fake-news) la pedagogía política se ha puesto de moda gracias a Cataluña. La alarma causada por el pacto del PSOE con ERC para que acceda Illa a la presidencia de la Generalitat es la causante del ímpetu pedagógico. Los dirigentes de los partidos políticos consideran que están obligados a ilustrar sobre el contenido del pacto fiscal porque se trata de una decisión que afecta a toda España, impacta en la estructura territorial del Estado, repercute en los presupuestos de todas las comunidades y también puede afectar al modelo de Estado del bienestar.
El resultado de la labor de pedagogía política debería ser que todo el mundo (viva en Ceuta o en cualquier otro lugar) pueda comprender qué quiere decir que Cataluña tenga “la llave de la caja”. Cualquier persona de cualquier comunidad autónoma debería saber qué consecuencias derivan de que la Generalitat sea quien gestione, recaude, liquide e inspeccione todos los impuestos que se pagan en la comunidad autónoma catalana. La ciudadanía sabría cuánto dinero aproximadamente dejará de ingresar Cataluña en las arcas del Estado (¿más de 15.000 millones de euros?). Debería conocer si la cantidad de euros que deja de recibir el Estado dará lugar a que se deterioren los servicios públicos del Estado del bienestar, o bien va a ser necesario subir los impuestos a las restantes comunidades autónomas para poder mantener un nivel similar en las prestaciones y servicios públicos. Por último, la ciudadanía tendría una idea sobre si el pacto es regresivo y vulnera la progresividad fiscal de la Constitución Española (paga más impuestos quien más gana), o es progresivo y además beneficia por igual a todas las comunidades autónomas. Estas explicaciones sobre el acuerdo del PSOE con ERC es posible que las ofrezcan porque se trata de un asunto clave que afecta a la relación del Estado con una comunidad autónoma desarrollada, con conciencia nacional, una élite económica que lleva años denunciando la infradotación y falta de inversiones, y unos partidos competitivos que reclaman independencia y hablan del expolio de Cataluña.
Ahora bien, donde nunca habrá un movimiento de pedagogía política es en los pueblos de Castilla-La Mancha por donde pasaba el ferrocarril Aranjuez-Cuenca-Utiel. La ciudadanía que reside en esos veinte pueblos ha soportado durante más de cuarenta años infradotación, expolio y falta de inversión, pero como son pueblos abandonados de una comunidad extensa, despoblada y atrasada, con una élite económica débil y partidos escasamente competitivos ¿quién va a tener la ocurrencia de pensar que hay que hacer pedagogía y dar a las personas que viven en esos pueblos abandonados alguna explicación? Es evidente que nadie va a tener esa ocurrencia. El PP exige pedagogía pensando en España y el PSOE hará pedagogía pensando en Cataluña, pero los dirigentes del PP ni del PSOE jamás han pensado o se han puesto en el lugar de los pueblos de Castilla-La Mancha por donde pasaba el tren. Los pueblos abandonados son de España, pero nunca jamás van a recibir la más mínima explicación por parte de los partidos responsables de los expolios que contra ellos cometen.
Opinión de Fernando Casas Mínguez