martes, 23 diciembre 2025
Liberal de Castilla
  • Cuenca
    • Cuenca provincia
  • Guadalajara
    • Guadalajara provincia
  • Región
  • Actualidad
    • Breves
  • Sociedad
    • Breves
  • Cultura
    • Breves
  • Economía
    • Breves
  • Universidad
  • Tecnología
No Result
View All Result
  • Cuenca
    • Cuenca provincia
  • Guadalajara
    • Guadalajara provincia
  • Región
  • Actualidad
    • Breves
  • Sociedad
    • Breves
  • Cultura
    • Breves
  • Economía
    • Breves
  • Universidad
  • Tecnología
No Result
View All Result
Liberal de Castilla
No Result
View All Result
Inicio Opinión

El Estado, la democracia y los cansados

Por Liberal de Castilla
viernes, 24 de marzo de 2017
en Opinión
Tiempo de lectura: 6 minutos
0 0
0
El Estado, la democracia y los cansados

Si miramos lo que ocurre en gran parte del mundo, vamos a observar un agotamiento de las formas de gobierno tradicionales

Compartir en FacebookCompartir en TwitterCompartir en WhastsappCompartir por correo

Las democracias liberales se enfrentan sin duda a una crisis de representación que se manifiesta por un creciente descontento social. Una de las principales consecuencias de esta crisis es que comienza a transformar a nuestros sistemas políticos.

El Estado, la democracia y los cansados
…Si miramos lo que ocurre en gran parte del mundo, vamos a observar un agotamiento de las formas de gobierno tradicionales…

Si miramos lo que ocurre en gran parte del mundo, vamos a observar un agotamiento de las formas de gobierno tradicionales.  Sucede que en el trasfondo de esta crisis de modelos de gobernanza, aquello que cruje es la democracia, la cual ha sido puesta en jaque por un sistema económico que ha generado un escenario mundial donde casi el 50 % de la riqueza está en manos del 0.7 % de la población (34 millones de personas).

El mundo de hoy está poblado por millones de seres humanos que sobreviven con un dólar diario, por trabajadores degradados, por refugiados que huyen de los bombardeos o del hambre, por batallones de desempleados, por violencia institucional y por burocracias indignantes.

Puedo sintetizarlo del siguiente modo: el sistema actual ha convertido a la vida moderna en la reiteración de momentos angustiosos.

Todo esto ha generado en la palabra del filosofo Byung-Chul Han, “La sociedad del cansancio” como efecto final de un sistema deshumanizante, y cuidado, uno de los mayores peligros para el sistema político es que el cansancio no se limita al individuo y a su angustia personal, también tienen una dimensión social, pues el cansancio deprime, aísla y divide. Estos cansancios son violencia, porque destruyen toda comunidad, toda cercanía, incluso -sostiene el autor- el mismo lenguaje.

Es por ello que la democracia tambalea, porque no encaja en este modelo de sociedad cansada.

En este contexto, en donde los efectos de la concentración de la riqueza afectan la dignidad y la salud de las grandes mayorías, los sistemas políticos modernos se mostraron impotentes y quedaron expuestos a tremendas contradicciones, y en consecuencia, han entrado en una doble crisis.

1-Crisis de operatividad que tiene que ver con el aspecto formal del sistema político, es decir, con la forma y la gestión gubernamental; en otras palabras: los gobiernos funcionan mal, no fueron capaces de regular semejante concentración de la economía y detener la devastación social.

2-Crisis de legitimidad que se refiere y afecta al aspecto sustancial del sistema político: la democracia. La sociedad del cansancio es cada vez menos democrática, pues a mayor cansancio menor apego a la democracia.

Urge entonces resolver el aspecto formal, es decir, sino pensamos una nueva forma de gobernanza y otras categorías de gobierno con el poder suficiente para recuperar legitimidad, la sociedad del cansancio arrasará con la democracia misma.

En otras palabras: para resolver la crisis de legitimidad se debe primero solucionar el problema de operatividad. Ese es el camino y no el inverso como algunos creen. Si el sistema político resuelve lo operativo entonces recupera legitimidad.

El asunto se vuelve aun más delicado cuando vemos como a medida que avanza la sociedad del cansancio comienzan a surgir sistemas políticos basados en liderazgos de tipo autocráticos, una especie de sistema de autocracias competitivas, en donde los propios pueblos le brindan apoyo a quienes les prometen seguridad y ultranacionalismo a cambio de ceder parte de sus libertades y derechos civiles y políticos.

La sociedad del cansancio comienza a avanzar por sobre la democracia. Esto no es una mera conjetura teórica, ya está sucediendo. Aparecen los voceros de los cansados.

Ejemplos concretos y actuales:  Presidente Vladimir Putin en Rusia, Rodrigo Duterte en Filipinas, Recep Erdogan en Turquía, Abdel al-Sisi en Egipto, Viktor Orban en Hungría, los Le Pen en Francia, el partido “Amanecer Dorado” de Grecia, Gianluca Iannone (Casa Pound en Italia), Frauke Petry (Alternativa para Alemania), Norbert Hofer (Partido de la Libertad de Austria),  Timo Soini (Verdaderos Finlandeses), Trump, o bien el fenómeno del Brexit británico que amenaza con replicarse en otros países de la Unión Europea.

Estos líderes se presentan como fuertes críticos del sistema, lo ponen en duda y explotan el cansancio de la gente. Su estrategia consiste en establecer una frontera entre el pueblo y la democracia.

En este contexto, los sistemas de gobierno tradicionales han quedado como una construcción obsoleta, como un conjunto de instituciones y prácticas políticas que no resuelven los problemas de las personas.

Los gobiernos son cada vez menos capaces de evitar el deterioro económico de sus pueblos, de sus trabajadores, de sus estudiantes, de sus jóvenes, no pueden asegurar una vejez digna a sus ciudadanos, no consiguen controlar la concentración del capital y de la información, la transferencia de riqueza en cuestión de segundos, no pueden resolver el fenomenal flagelo del crimen organizado, del narcotráfico, la trata de personas, la cibercriminalidad y la contaminación ambiental, todo lo cual avanza ante el mármol de las instituciones.

La consecuencia de este fenómeno es que  las formas políticas de representación y de gestión tradicionales ya no cuentan con la confianza popular. Excepcionalmente algo que provenga del régimen actual podrá generar algún tipo de entusiasmo y transformación genuina en la sociedad. Surge entonces el siguiente interrogante:

¿Estamos ante el fracaso del sistema político actual?

La respuesta es si. El esquema institucional vigente no hace más que deteriorar gradualmente la calidad de vida de las personas y generar mayores dosis de cansancio social. Como sostuve antes: para las grandes mayorías la vida moderna es una sucesión de momentos angustiosos.

Desde que la humanidad cuenta con algún sistema político medianamente organizado, hasta el nacimiento de los Estados nación, el costo de los pueblos ha sido siempre padecer la desigualdad económica originada por una demoledora distribución de la riqueza, generando finalmente las sociedades del cansancio y la crisis que hoy sufren las democracias modernas.

Pues es fundamental resaltar que en nuestros días la igualdad o desigualdad ya no se refieren a la tradicional diferencia de acceso a niveles de confort o acceso a bienes y servicios, es decir, no tienen una significación netamente económica o material, hoy se ha llegado al extremo en que hacen la diferencia entre la dignidad e indignidad.

Estamos ante la paradoja, como sostiene Thomas Piketty, en que la igualdad o desigualdad no se vincula con el desarrollo económico, es un error sostener que la igualdad es una consecuencia directa de la prosperidad económica, como también es un error afirmar que la desigualdad es consecuencia del deterioro económico. Es por eso que vemos en tantos lugares de nuestro planeta, como en contextos de crecimiento de la economía aumenta la desigualdad o, por el contrario, en periodos de recesión económica aumenta la igualdad. Confundimos el PBI con el índice de Gini.

Sucede que la variable que se vincula con la igualdad en la calidad de vida es la “distribución”, específicamente el método, el criterio y la finalidad que motiva la distribución. Lo cierto es que -guste o no- el sistema político solo tiene influencia sobre el método de la distribución, pues ha cedido al mercado el control tanto del criterio como de la finalidad.

A estas alturas, ya es una realidad histórica que los Estados no han conseguido recuperar el control del criterio y finalidad de la distribución de la riqueza. Está a la vista de todos como en el último siglo la concentración de la economía ha producido índices escalofriantes que ni el propio Corrado Gini llego a ver en su Italia natal.

Los Estados no logran detener la tendencia hacia mayores concentraciones de ingresos y nada indica que consigan hacerlo.  La primera conclusión es desoladora: El Estado-nación ha perdido su función original, su causa origen, que es la protección y cuidado de su población y ha devenido en un gestor de problemas técnicos.

La única opción deseable para disminuir la desigualdad y en consecuencia salvar las libertades propias de la democracia es refundar los Estados y los sistemas políticos.

Esto nos obliga a pensar una nueva forma de gobierno que por supuesto contenga los valores de la democracia y los derechos humanos. Charles Darwin decía: «No es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que mejor se adapta a los cambios» Esto vale para lo sistemas políticos.

Me refiero al aspecto formal del sistema, es decir al aspecto operativo del que hablábamos antes. El modo de gestionar la democracia en cuanto capacidad de organizar relaciones y producir mayor fuerza política que fortalezca al Estado; solo así contará este con la potencia suficiente para imponerse ante el mercado y el capitalismo corporativo y recuperar entonces el control sobre los criterios y finalidades aplicables a la distribución de la riqueza.

Liberal de Castilla

Liberal de Castilla

Próxima entrada
La fachada del Ayuntamiento de Cuenca se apagará este próximo sábado por La Hora del Planeta

La fachada del Ayuntamiento de Cuenca se apagará este próximo sábado por La Hora del Planeta

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Liberal de Castilla

Copyright © 2025 El Liberal de Castilla es una web de De Dvdes SL. Todos los derechos reservados. Correo: redaccion@liberaldecastilla.com

Te pueden interesar estas páginas

  • Contacto
  • Raíces del Liberal
  • A Gritos
  • Quienes somos

Puedes seguinos en....

Welcome Back!

Login to your account below

Forgotten Password?

Retrieve your password

Please enter your username or email address to reset your password.

Log In
No Result
View All Result
  • Cuenca
    • Cuenca provincia
  • Guadalajara
    • Guadalajara provincia
  • Región
  • Actualidad
    • Breves
  • Sociedad
    • Breves
  • Cultura
    • Breves
  • Economía
    • Breves
  • Universidad
  • Tecnología

Copyright © 2025 El Liberal de Castilla es una web de De Dvdes SL. Todos los derechos reservados. Correo: redaccion@liberaldecastilla.com