Tiempo desapacible con lluvia, y bajas temperaturas, que presagiaban la suspensión del acto de la llegada de los Magos a Chillarón de Cuenca. No ocurrió tal cosa porque, a la hora prevista, las siete de la tarde, ante unas cien personas –la mayoría niños-, comenzaba un espectáculo en la plaza del Silo protagonizado por Pajes y Reyes Magos que, sin saber por qué, ni cómo, habían ido a caer en lo alto del Silo convertido, desde hace años, en el Centro Deportivo de Espeleología y Montaña y, claro, desde allí, desde lo alto, tuvieron que descender por una tirolina, hasta el suelo de la plaza, en donde, niños y, menos niños, les esperaban totalmente asombrados aunque, antes, las miradas se dirigieran al tren convencional que acababa de pasar haciendo alto, durante unos tres minutos, en la estación de Chillarón.
Luego, ya en el interior del salón multiusos, sus majestades fueron entregando, en mano, los juguetes que, los niños, habían solicitado por carta.
Fue un acto organizado por el AMPA y el Ayuntamiento de Chillarón que, en parte, se vio torpedeado por el mal tiempo y por la pandemia que no da tregua alguna.