Incarlopsa Cuenca se va de Artaleku con las manos vacías después de haber protagonizado una buena primera parte. Tras haber puesto en apuros al subcampeón de la pasada Liga Asobal en los primeros 30´ de juego, fue el Bidasoa Irun quien impuso su juego en la pista para dejar dos puntos que dejan muy dañado a los conquenses.
Era una de las pruebas más duras que tenía el Incarlopsa Cuenca en la Liga Asobal. Desde los primeros compases se vio al equipo guipuzcoano demostrando que es uno de los mejores equipos, no solo de España sino a nivel europeo. Con el inicio del partido, tomaron la delantera con facilidad y, según avanzaba el inicio del encuentro, el Incarlopsa Cuenca se mantenía a uno o dos goles, gracias a la eficacia de Martín Doldán. El jugador italo-argentino fue clave para que su equipo no deje escapar a los amarillos.
Siempre por detrás en el marcador, el Incarlopsa Cuenca era capaz de mantener el ritmo impuesto por su rival. Tal fue así que, quien estuvo obligado a pedir el primer tiempo muerto del partido, fue Jacobo Cuétara. Este vino como consecuencia de un 1-4 que recortaba la diferencia de cuatro goles a su favor a uno. El gol de Bulzamini en el 25´ puso por primera vez en el partido (desde el 0-0) el empate en el marcador, en una primera parte que, si no hubiera sido por el gol de Kaudi Odriozola, instantes antes del bocinazo, hubieran ganado al descanso.
A la vuelta de los vestuarios, el Incarlopsa Cuenca desempeñó su estrategia de manera notable para conseguir el primer parcial de la segunda parte. Los goles de Thiago Alves y Leo Prantner fueron contrarrestados por los del equipo irundarra con Jon Azkue, Daruel García y Rodrigo Salinas. A partir de ese momento del encuentro, el estratega del equipo vasco movió la pizarra defensiva para marcar un antes y un después en el duelo.
Lo que parecía atrevido cambiar una defensa 6-0 a una 5-1 fue lo correcto para que su equipo deje los puntos en casa. Fue el tiempo y el marcador los que le dieron la razón, convirtiéndose en un muro difícil de batir para los de Lidio Jiménez. La presión alta influyó en la presencia de perdidas de balón, las cuales terminaban, en su mayoría, en goles al contrataque.
En esta tónica de juego el entrenador del equipo castellanomanchego se vio obligado a pedir tiempo muerto con el fin de evitar que su rival sentencie el juego. En exactamente 76 segundos de partido, utilizó su última oportunidad para parar el juego al no ver resultados. En menos de ese minuto y medio, los locales provocaron otro parcial 2-0 al contraataque. Lo que preocupaba, además del resultado, era la facilidad que tenía el Bidasoa Irun de ver la puerta que defendía, en ese momento, Samuel Ibáñez.
Con el 28-22 los locales fueron capaces de jugar sus cartas del partido con precisión y sin prisa, lo opuesto ocurría en la escuadra visitante. Con el paso de los minutos se fue bajando el telón del partido y los dos puntos se pintaban cada vez más de amarillo y azul. Así fue como los bidasotarras llegaron a la recta final del partido con una renta favorable, lo suficiente para darse el lujo de rozar los 40 goles con el pitido final (38-32).
Una derrota que se convierte en la tercera de manera consecutiva en la liga. No obstante, para volver a sanar sus heridas tendrán el duelo del domingo en el pabellón municipal alcalde Miguel Salas ante el Ángel Ximénez Puente Genil (13:30) el domingo 14 de noviembre.
Por Nahuel Briscek