El portavoz adjunto del Grupo Parlamentario Popular en las Cortes regionales, Carlos Velázquez, ha asegurado hoy que el PP no va a consentir que Page y Podemos vuelvan a situar a la región en el furgón de cola en materia económica.
Así se ha pronunciado Velázquez sobre los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística, que indican que el Producto Interior Bruto (PIB) de Castilla-La Mancha creció en 2017 el 2,5 por ciento; un dato que se sitúa por debajo de la media nacional, ya que el PIB de España subió el 3,1 por ciento el pasado año.
Velázquez ha lamentado las declaraciones “triunfalistas y satisfactorias” del consejero de Hacienda del Gobierno de Page sobre la situación económica regional. Así, ha recordado que la realidad es que Castilla-La Mancha es la antepenúltima región que menos ha crecido de toda España.
Por ello, el dirigente popular ha denunciado la incapacidad de Page en materia de política económica, puesto que la región ha crecido seis décimas menos que la media nacional, -un 20% menos- .
También Velázquez ha recordado que el PIB per cápita en Castilla-La Mancha fue de 19.681 euros en 2017, situándose por debajo de la media nacional, que alcanzó los 24.999 euros.
Además, ha señalado que Page ha vuelto a las andadas por culpa de su nefasta gestión económica, con una deuda que asciende a los 14.313 millones de euros, y que supone que a día de hoy cada castellano-manchego tengamos una deuda per cápita de más de 7 mil euros.
Toda la deuda Castilla-La Mancha es socialista
Por último, ha asegurado que toda la deuda que existe en Castilla-La Mancha es socialista. Así, ha recordado que cuando el PP se puso al frente del Gobierno regional en el año 2011 se encontró con unas cuentas públicas en auténtica quiebra, una economía en recesión y una deuda desmesurada con subvenciones sin consignación presupuestaria.
Asimismo, ha indicado que el PP introdujo mecanismos de facturación por exigencia legal para que las empresas y los proveedores pudieran cobrar, evitando así lo que hicieron los gobiernos socialistas que escondieron 4.000 millones de euros de facturas en los cajones.
