En este Día Internacional contra el Cáncer quiero trasladar a todos los afectados y a sus familiares mi afecto y cercanía.
Vuestra fortaleza, coraje y entereza para afrontar la enfermedad, luchar contra ella e intentar superarla, son dignos de elogio y admiración y nos sirven a todos de ejemplo.
Os aseguro que me siento muy cerca de vosotros, que soy consciente de vuestra situación y que os animo a mantener el ánimo y la esperanza porque vamos a ganar la batalla a esta desgraciada y odiosa enfermedad que, más pronto que tarde, acabaremos venciendo por completo.
Conozco bien vuestras inquietudes y preocupaciones, vuestras demandas y necesidades, y debéis saber, y ese es mi compromiso, que en todo momento y desde cualquier cargo o responsabilidad que desempeñe, siempre pondré todo mi esfuerzo y dedicación en intentar dar respuesta a todas y cada una de ellas.
Os pido que no perdáis la esperanza, que penséis que vuestros anhelos se van a hacer pronto realidad y que contagiéis vuestras ganas de superar la enfermedad a todos cuantos os rodean.
A los colectivos y asociaciones que trabajáis contra el cáncer, igualmente os admiro y os tengo presentes. Vuestro trabajo voluntario y altruista, vuestra palabra de ánimo que es la mejor de las medicinas, vuestra comprensión, capacidad de escuchar y empatizar con todos aquellos que reciben una noticia tan compleja y la paz y el sosiego que transmitís a todos los que luchan día a día contra esta enfermedad, es una prueba de vuestra grandeza y generosidad.
Desde estas líneas quiero haceros llegar a todos un fuerte abrazo, con mi expreso reconocimiento y admiración por la gran valentía que demostráis a diario y que bien merecería cambiar la denominación de este día internacional por el de “El Día de los Valientes”.
