UGT Castilla-La Mancha ha llevado a cabo un proyecto para identificar las necesidades y carencias formativas de los trabajadores y las trabajadoras de cinco sectores económicos de la región. Gracias a esta iniciativa, además, se han detectado otras problemáticas del tejido empresarial del que se componen los susodichos sectores, como la grave situación física y mental de las plantillas de las residencias de ancianos por el Covid-19. A causa de la pandemia, el 63% de las personas trabajadoras del sector tiene un elevado desgaste físico, el 47% ha sufrido ansiedad y un 24% ha sufrido depresión.
El proyecto, promovido por la Junta de Comunidades y el Ministerio de Trabajo y Economía Social, a través del Servicio de Empleo Público Estatal, ha contado con la participación de seis técnicos, que durante ocho meses han llevado a cabo la radiografía de los sectores de gestión de residuos, limpieza, transporte terrestre de pasajeros, agroalimentario y residencias de mayores. El coordinador del proyecto, Marc Torres, ha presentado los resultados de los respectivos análisis y ha hecho hincapié en las desigualdades de género que presentan.
“Desde la administración pública y los sindicatos tenemos que apostar para que esa tendencia no se diluya y de esta forma hacer de nuestro mercado laboral un mercado inclusivo y no discriminatorio por cuestiones de género, facilitando además la conciliación de la vida familiar y laboral”, ha señalado Torres, “los datos confirman que los estereotipos de género siguen estando ahí, que no desaparecen y marcan las pautas de trabajo de los diferentes sectores, aunque se ve una tendencia de cambio”.
SECTOR POR SECTOR
De acuerdo a las conclusiones señaladas por Torres, el sector residuos sufre una enorme falta de formación tanto en la educación formal y no formal, que necesita sobre todo acciones formativas en informática. “Al ser un sector en el que se está invirtiendo en modernizar la maquinaria y las herramientas de trabajo, haría falta formar a los trabajadores y las trabajadoras en Nuevas Tecnologías”, explica el coordinador. Otros problemas que presenta el sector de la gestión de residuos es la escasa formación en Prevención de Riesgos Laborales, la mala imagen y la falta de concienciación social para con el medio ambiente, de ahí que se haya presentado una propuesta nueva de Certificación de Profesionalidad y la creación del portal web ECO-CLM.
Sobre el sector limpieza, UGT advierte que las plantillas desconocen la oferta formativa a la que pueden acceder, en especial sobre nuevas tecnologías, lo que acentúa la brecha digital ya latente y la estigmatización del sector, problemática que también presenta el sector agroalimentario. En el proyecto se ha descubierto un fuerte desinterés por parte de los empresarios y trabajadores/as de este último sector en relación a la formación, valorándose más la experiencia.
Con respecto al sector de transporte terrestre de pasajeros, los trabajadores y las trabajadoras reclaman formación en atención al cliente o idiomas, una formación que, según Torres, “debería contemplar la perspectiva de género para mitigar así algunas problemáticas de este ámbito”.
Por último, se ha detectado que apenas se ha impartido formación sobre el Covid-19, no teniéndose en cuenta que los cinco sectores han sido de carácter esencial durante la pandemia. Desde el sindicato, por ende, se pretende poner en marcha una campaña de sensibilización, sobre todo para empresas del sector de residencias, en el que se especifique dicha problemática.
RUGE POR EL RELEVO GENERACIONAL
La portavoz de RUGE CLM, Marta Guerrero, ha presentado los datos del proyecto con respecto a la presencia juvenil de estos sectores, que es prácticamente nula. Como ha explicado la portavoz, la presencia juvenil (menores de 25 años) en ninguno de los sectores supera el 5%. Asimismo, Guerrero ha puesto el foco en la falta de transportistas “vamos a animar a la gente joven a coger el relevo, démosles unas condiciones laborales dignas”, a lo que añade, “los jóvenes sí quieren trabajar, lo que no quieren es ser explotados”.
En palabras de Guerrero: “tenemos que contribuir a que la economía fluya garantizando la supervivencia de todos los sectores y actividades económicas, esenciales para la vida misma, y lo tenemos que hacer invirtiendo y ayudando a desarrollar una economía inclusiva, respetuosa, sostenible y enmarcada en la economía circular, que deje a los jóvenes entrar en el mercado laboral para que siga fluyendo, eso sí, con todos sus derechos garantizados”.
