Unas 200 personas han despedido hoy al último tren convencional de Cuenca aún con la esperanza de que Europa haga entrar en razón al Ministerio y este no sea el final de 139 años de historia del ferrocarril en la provincia.
Al grito de «Cuenca no se vende, Cuenca se defiende», PP, Ciudadanos, Podemos e IU además de la asociación Pueblos con el Tren, Ecologistas en Acción, CCOO, UGT y numerosos ciudadanos han querido mostrar con su presencia la indignación que supone perder una infraestructura centenaria.