Vídeo. La historia de la capilla de Fátima.
A Madrid, había llegado la Virgen de Fátima en 1948 tras un periplo europeo con el fin de que curase heridas de la segunda guerra mundial. Fue recibida por una multitud enfervorizada y, gracias a las imágenes del NODO, aún podemos ver la realidad de los hechos con miles de peregrinos e incontables enfermos en camillas y lo que llamaban, entonces, impedidos, recibiendo comuniones de manos de curas revestidos con amito, alba, casulla y estolas para la ocasión.
Esos tiempos, en blanco y negro, también eran los de Cuenca a donde, la Virgen de Fátima, llegó en 1958 para visitar pueblo a pueblo y barrio a barrio. Se estaba sembrando una semilla en nuestra sociedad que, poco a poco, fue enraizando hasta la mitad de la década de los años 60 en que todo sale a la luz gracias a la labor de la Santa Misión que, incluso años antes, ya dejaba cruces de recuerdo en nuestros pueblos.
Es la Cuenca en la que la Semana Santa duraba más de una semana y en la que, las carracas, sustituían campanas con sonidos de muerte. Semana larga en la que los cines cerraban con un fundido en negro y, por la radio, solo ponían música sacra.
Ese es el escenario de una Santa Misión que llega y se instala en el barrio de Tiradores Altos, Santa Teresa, el 10 de Mayo del año 1966. En ese día, comienzan a escribir su propia historia. Y qué historia.