Llegar del pueblo a Cuenca en el año 1944, si es que llegabas porque las carreteras eran poco más que caminos de herradura, era, cómo decirlo, era meterse en un túnel del tiempo hacia el futuro porque, nada más llegar, te veías inmerso en la vida de la capital con fuentes, agua corriente, ¡aseos!, podíamos hacer nuestras necesidades en un cuartito y, luego, tirar de una cadena que era como la llave de paso para que cayera agua con cierta presión y dejar, el referido sitio, como oro en paño. Lejos quedaba ese lugar, cercano al muladar, en el que uno, a escondidas, hacía sus deberes no sin antes pertrecharse de algunas piedras para acabar la faena.
La ciudad, Cuenca, tenía su atractivo rural porque, por sus calles, era frecuente ver burros y mulas con serones cargados de ilusión. Y carros. Servían como medios de transporte porque, realmente, eran los mejores todo camino de un mundo que, como digo, se presentaba de forma irreal ante los ojos de alguien que no había visto alumbrado público alguno y, camiones, los justos.
Era la ciudad de las tiendas y de los almacenes. También la ciudad de la nada en la que, el cambio, se había instalado en un casino sin moqueta porque un gallo de corral, huevos o un par de conejos valían su peso en oro si es que, oro, era lo que te daban para sobrevivir y paliar necesidades y hambrunas que dejaban cicatrices en el alma. Tantas que, con cuarenta años, la gente se había sentado en la vejez. Y eso que el matute y el estraperlo ayudaba lo suyo porque, ¿qué se podía esperar de unas cartillas de racionamiento insuficientes para subsanar la hambruna? El cupón de pan daba derecho a tan solo 150 gramos por persona y día y, eso, daba alas para buscar resuellos en la nada.
Aún así, la gente salía a la calle, las tiendas eran hervideros y los paseos eran de obligada costumbre porque no había otra cosa.
La tristeza se refleja hasta en la literatura. Y aunque se lee muy poco, como ahora mismo, es sabido que la jovencísima Carmen Laforet gana el recién creado premio Nadal con su novela Nada en la que narra, en directo, la pobreza y sordidez en que vive una familia barcelonesa.
Es esa España que se queda a media luz como consecuencia del embargo internacional y gasolina racionada. Encima no llueve y, esa sequía, posibilita cortes en el suministro eléctrico. Menos mal que, en el pueblo, tenemos candiles.
No sé cuanta gente se enteró de que, con el nuevo año, se aprobaba la Ley de Contrato de Trabajo que, traducido, venía a decir que todos los empleos serían fijos. Quizá muy pocos porque en Cuenca trabajaba todo el mundo. Desde el niño al abuelo.
Lo que llamó la atención, iniciado el mes de Enero, fue la carta de Pepito a los Reyes Magos. Pedía a sus familiares, a través de un anuncio en la prensa local, que no dejaran de regalarle juguetes abundantes y bonitos, eso sí, de casa Chamón.
La Diputación Provincial estaba presidida por don Manuel Lledó y, el Ayuntamiento, por don José Dominguez. Cargos para los que habían sido designados al igual que los nuevos gestores: Rodrigo Lozano, Conrado Castellanos, Germán Dominguez, Salustiano Martínez, Juan Luis Machetti etc. y, los cines, daban lo que podían. Por ejemplo, en Enero, el cine España proyectaba la película “Chicago” interpretada por Alice Faye y Trone Power, Dios los tenga en su gloria. El teatro Cervantes proyectó durante dos días seguidos la película “Adios Mister Chips”.
La emisora local R.E.D.E.R.A (Red de Emisoras de Radiodifusión) que, a finales del año se llamaría Radio Nacional de España, presentaba nuevas secciones: una “Antena Femenina” y el nuevo programa “Auditorium” que, a bombo y platillo anunciaba que sería dirigido por el joven escritor Enrique Llovet.
En el periódico Ofensiva se insertan consignas y recuerda a sus lectores las misas de difuntos en la iglesia de la Virgen de la Luz y la reunión de la Sección de Adoración Nocturna en uno de los locales del palacio episcopal, bajo la presidencia del obispo don Inocencio Rodríguez.
Repasando páginas me quedo perplejo de un hecho que se publicó el 6 de Febrero. En la Competición Regional de Gimnasia Educativa, Cuenca quedó primera por delante de Madrid, Toledo, Guadalajara, Ciudad Real y Jaén. Eso, le daría pie a participar en el nacional.
¿Que Amparo Rivelles está en Cuenca?. Pues sí. Ese año, 1944, los exteriores de la película “El Clavo” se ruedan en Cuenca y, por eso, tanto a la famosísima actriz como a Rafael Durán se les ve por nuestras calles aunque, la entrevista, se la hicieran al director Rafael Gil: “en vuestros bosques, hay un motivo original para rodar un documental basado en la tala y arrastre de madera e incluso para una película larga y de argumento fuerte”, decía. Curiosamente, años después, el NODO lo llevaría a cabo.
Alguien creerá que, en los últimos años, Renfe, duplica o triplica sus servicios ferroviarios en fechas señaladas. Pues ya, en 1944, Renfe ponía en servicio algunos trenes para el traslado de viajeros a que presenciaran los desfiles procesionales de nuestra Semana Santa. Era un breve de la sección “El Tin Tan de mangana” que, por cierto, nunca fallaba a la cita con sus lectores.
En Marzo, además de que los conquenses reciben la noticia de que se crea el Documento Nacional de Identidad sustituyendo, así, al que se empleaba desde principio de siglo, la noticia grande se la lleva la imagen de la Virgen de las Angustias quien, tras ser bendecida por el señor obispo, es sacada en procesión. Tal cosa ocurrió el 19 de Marzo, fiesta de san José y Día del Seminario, en la Catedral, con la asistencia de todas las autoridades civiles, eclesiásticas, militares y todas las jerarquías del Movimiento corriendo, la parte musical, a cargo de la Schola Cantorum de los Padres Paúles. A las cuatro de la tarde se iniciaba la procesión, desde la iglesia de San Esteban, con la imagen acompañada por divisionarios, hermanos de esta cofradía con velas encendidas, representaciones de todas las parroquias, Acción Católica y una sección del batallón de la guarnición al mando del teniente Murado. A las siete de la tarde, y a los acordes del Himno Nacional, la nueva imagen de la Virgen de las Angustias entraba por vez primera en su santuario.
Otra vez el racionamiento. Se pone en conocimiento de la gente de la capital que, a partir del 3 de Abril, pueden retirar medio litro de aceite, 100 gramos de tocino, cuarto kilo de arroz, 100 gramos de judías, cuarto kilo de lentejas, 200 gramos de bacalao, 100 gramos de macarrones, medio kilo de azúcar blanca, 100 gramos de chocolate y 50 gramos de café tostado previo corte de las tiras de cupones números 2, 3, 4 y 5 de la semana 41. Menos mal que se da, un poco más, a los poseedores de cartilla individual infantil y a la cartilla de madre lactante.
La Semana de Dios es lo que llamamos Semana Santa con un escrito, en Ofensiva, del obispo don Inocencio en el que suplicaba que ojalá, esta Semana Santa, fuese tregua de Dios para las naciones beligerantes. En la columna El Tin Tan de mangana se lee que llegan “camaradas” de Huesca para presenciar nuestros desfiles y que, hoteles y pensiones, tienen todo lleno.
La buena noticia es que, el Miércoles Santo, desfila por vez primera San Pedro y el Judío Malco, obra de Martínez Bueno. Un paso que mereció la aprobación unánime de cuantos presenciaron el desfile días antes de que, la Hermandad, comenzara el solemne triduo en la iglesia de San Esteban con la predicación de don Emiliano López Falcón. Pero la celebración de su santo Patrón no quedó ahí porque, el 29 de junio, se celebró una novillada de carácter benéfico con reses de la ganadería de Garrudo para El Retal, El Niño del Lápiz, El Virutas, El Emperador, Cartillitas y El Salvaje, todos ellos con sus correspondientes cuadrillas de las que destacan nombres como Amadeo Villar o Aurelio Cabañas.
La pirámide de población de Cuenca es una hucha vacía. En ese mes de Junio se produce un solo nacimiento, el de Jesús Sánchez de Julián, y 4 defunciones: Elvira Álvaro de 6 meses, José María Carmona de 80 años, Mariano Marjana de 58 y Elisa el Moral con 10 meses.
El papel huele a ojo por ojo y es normal que salgan cosas para escarnio público al que es sometido Hilario Lara, puesto a disposición del juez por insultos e intento de agresión al guarda jurado, Felipe Otangas. Una publicación de Ofensiva con el título Sr. Juez.
Con Septiembre llega la Feria: feria de ganados y de exposición de Bellas Artes también que recibe una severa crítica porque decepciona el escaso progreso de los jóvenes. Una crítica que finaliza con esta pregunta: ¿cuándo tendremos una Escuela de Artes y Oficios?. No confundir la Escuela de Trabajo (que se está construyendo), con la de Arte y Oficios.
La feria también es feria taurina y el crítico de Ofensiva, analiza las faenas de Belmonte, Ortega, El Estudiante y Manolete. Me quedo con estos datos. Los toros pesaron, en canal, entre 200 y 234 kilos.
La cuestación para el Monumento al Sagrado Corazón de Jesús sigue su marcha y más, tras la petición realizada a los conquenses por parte del obispo. Llegan las elecciones sindicales el 22 de Octubre, con un importante acto en el cine España en el que interviene el Jefe provincial del Movimiento y Gobernador Civil. Y volviendo al arte, hay que citar la Obra Sindical de Artesanía en la que destaca, y de qué manera, Federico Coullaut Valera con la Oración del Huerto.
Finaliza el año y, Ofensiva, como hiciera el primer día del mes de Enero, se centra en la Segunda Guerra Mundial, que casi toca a su fin, a trabajos monográficos sobre nuestros pueblos, colaboraciones periodísticas de Martín Álvarez Chirveches, Ángel Martínez Soriano… y reportajes como este: “existen en Cuenca 36 escuelas públicas a las que asisten diariamente 2.000 niños”.
La voz del éter es un anuncio de Casa Santiago que intenta vender un aparato de radio, marca Philips, en la avenida de José Antonio, número 45, y teléfono número 118. Vende, también, discos de gramófono “La voz de su amo”, “Odeón” y agujas de las mejores marcas. Pero el panorama de empresarios que anuncian sus productos es muy amplio. El Bar Torremocha vende comidas, meriendas, café expres y licores. La Droguería Pepe mezcla perfumes extranjeros con los hules, la Mezquita deja claro que es restaurante, Antonio Sáiz Verdú vende camas metálicas y tejidos y la Librería Católica de Juan Evangelio, además de material de escritorio, ofrece devocionarios, estampas, medallas y rosarios. Un viaje, a 1944, al que no le hacían falta tantas alforjas. Menos mal que, los afortunados, quitaban hierro al asunto escuchando los éxitos de entonces en las voces de los más grandes. Concha Piquer, Valderrama, el buen menú de los Xey, Miguel de Molina y su Bien pagá…pero lo echaron.
Audio. La Bien Pagá. Miguel de Molina
Muy interesante el apartado sobre efemérides sucedidas en Cuenca. Espero que continuéis con esta sección. Gracias