En el «Concierto de Cuaresma» del año 2009, la Banda de Música de Cuenca, dirigida por Juan Carlos Aguilar, interpretó entre otras la marcha titulada «Cristo de la Sangre» de Emilio Cebrián Ruiz, un músico y compositor que nació en Toledo, el 30 de julio de 1900, y falleció a los 43 años en Liria (Valencia), el 3 de octubre de 1943 a consecuencia de una fatal caída desde un balcón que carecía de balaustrada falleciendo en el acto.
Cebrián, fue miembro del Cuerpo Nacional de Directores Civiles, nació en la Mezquita del Cristo de la Luz, museo del que sus abuelos eran conserjes ingresando en 1915 en la Música de la Academia de Infantería de Toledo y, al año siguiente, ocupó plaza de Clarinete segundo en la Orquesta del Teatro Rojas de la que al poco sería nombrado subdirector. A su frente demostró el gran talento artístico del que estaba dotado y completó sus estudios musicales en Madrid, con Emilio Vega, director de la Banda de Alabarderos, quien le propuso ingresar como subdirector en la Banda de la Guardia Civil, ofrecimiento al que rehusó. Hasta su nombramiento como director de la Banda Municipal de Jaén en 1932, dirigió en Toledo los Coros del Colegio de Huérfanos Militares María Cristina y la Banda de La Lira.
Dedicó «Nuestro Padre Jesús» (1935), su obra cumbre en el género de la música procesional, al Cristo jiennense del mismo nombre, conocido popularmente como «El Abuelo» y cuya hermosa composición incluye como contrapunto en su trío final un fragmento del «Himno a Jaén», cuya autoría corresponde también al propio Emilio Cebrián. Las restantes marchas que compuso fueron: «Cristo de la Sangre» (imagen del pueblo toledano de Torrijos), «Macarena» (1943, Esperanza Macarena de Sevilla), «Jesús Preso» (1943, de Jaén) y «María», marcha cuya existencia se conoce por medio de su hermano Francisco.