Las coronas adornaban la entrada de la concatedral de Guadalajara desde las nueve de la mañana, dos horas antes de la cita fijada para dar el último adiós a Elena de la Cruz. El tanatorio se había quedado pequeño para albergar tantas muestras de cariño hacia la persona que puso rostro a la lucha contra el trasvase y prácticamente una hora antes se fue congregando a las puertas del templo una multitud que ha querido, de esta forma, estar presente en su funeral.
Algún curioso atraído por las cámaras de televisión y el gentío, bomberos, alumnos de la Escuela de Arte de Guadalajara, militantes y compañeros socialistas, concejales, diputados, amigos, familiares …, miembros del Gobierno de Castilla-La Mancha como Emiliano García-Page, José Luis Martínez Guijarro o Nacho Hernando, el expresidente de la Junta José María Barreda, el presidente de las Cortes, Jesús Vaquero, y también María Dolores Cospedal, Ana Guarinos, Juan Pablo Sánchez, Jaime Carnicero… La prematura muerte de Elena de la Cruz ha aparcado la tensión política para unir en la pena a populares y socialistas. Nadie, a las puertas de la concatedral, podía disimular la tristeza ante la pérdida de una persona joven, vital, entusiasta y defensora de su tierra.
El párroco de la Concatedral, Agustín Bugeda, ha querido poner en valor algunas de las cualidades de De la Cruz, que ha perdido la vida a la edad de 44 años.
«¡Qué bien se está aquí, en Santa María!», con esta frase se había pronunciado algunas veces la consejera cuando se acercaba a esta parroquia, donde ella se casó precisamente en el año 2004, tal y como ha querido resaltar Bugeda, quien además se ha referido a su arte para dibujar.
Delante del ataúd que acogía los restos de De la Cruz, la imagen del Calvario, y un coro con varios intérpretes han dado el carácter de solemnidad y acogimiento a la misa con la que se ha despedido a la que fuera consejera del Gobierno regional, vecina del municipio de Cabanillas del Campo (Guadalajara), que deja esposo y una hija de 10 años.
A la salida, decenas de coronas a las puertas de templo han aguardado la marcha de los restos de De la Cruz que han sido despedidos por el aplauso de los todos los allí presentes. Estos restos han sido trasladados en un coche fúnebre al tanatorio de Guadalajara para ser incinerados