Podríamos empezar con esta frase “cuestión de actitud” y con ello diríamos todo. El modelo de la diversidad funcional gira alrededor de una cuestión básica: las personas no tienen deficiencia, sino diversidad, de lo cual se deduce que lo que sufren no es discapacidad sino marginación e injusticia debido a su diversidad. Lo dice muy bien, Reme Toboso: La deficiencia es un constructo que responde a una concepción antropológica y de la existencia normalizadora, que exalta los modelos estándar de perfección, olvidando que todos somos dependientes, vulnerables y finitos, y subyuga a aquellos que difieren de la mayoría estadística a través de diferentes estrategias, por ejemplo, haciendo patológicas sus diferencias.
Y si hablamos de lenguaje –como a mí me gusta- diremos que no solamente describe al mundo, sino que también lo crea; el pensamiento es lenguaje. Por eso, el concepto persona con discapacidad no logra, aunque lo intenta gramaticalmente, referirse solo a una característica. Situar a la persona en primer lugar y adjetivar la deficiencia no ha logrado evitar que el concepto continúe otorgando identidad primaria; la define pero no la identifica de por vida y en todos los contextos, y lo hace de “forma problemática inferiorizante, sufriente, victimizadora, que es interiorizada por propios y extraños” –sigue diciendo la profesora Toboso Moreno.
Para mí, el término “capacidad” es limitativo y discriminatorio, por eso aplicar lo de Modelo de Diversidad Funcional es más adecuado, ya que capacidad o discapacidad apela a que hay personas que no son capaces, calificándolas de no aptas para cualquier tipo de tareas, y eso no es así; porque son aptas para unas tareas como cualquier otra persona, porque la diversidad funcional va más allá al no limitarse a una situación binaria (capacitados o discapacitados), sino que plantea un modelo en el que tienen cabida todos.
Por eso, yo me reafirmo en ese debate y lo hago con la experiencia que me permite seguir utilizando el lenguaje, en este caso la palabra, cuando actúo con ellos en mis Talleres. Saben bien lo que quieren, lo que desean y cómo lo desean; no lo sabrán explicar cómo tú quieres que lo hagan –tal vez al hilo de tu concepción paradigmática-, pero ellos/as saben trasladar esa inquietud y esos contenidos. Yo nunca llego a su frescura ni a su claridad conceptual, ni a su valor del sentimiento, porque mi diversidad funcional es otra y, sin embargo, les entiendo, les admiro y les quiero.
Pero ver brillar sus ojos cuando visitan conmigo la catedral o los paseos por los rincones de la Cuenca histórica, contestar a sus constantes dudas y saber adaptar sus deseos al mecanismo del aprendizaje, del conocimiento, de la sensación placentera en su disfrute, no tiene parangón, porque te hacen sentirte bien, especial si cabe. Ver cómo manifiestan su bondad o su cariño ante tu apuesta, o dejar que fluyan sus recuerdos, pensamientos, deseos, es único. Te lo hacen sentir todos.
ASPADEC es una Asociación, sin ánimo de lucro, constituida en el año 1980 en la ciudad de Cuenca, con el objetivo de contribuir, desde el compromiso ético, con apoyos y oportunidades, a que cada persona con discapacidad intelectual o del desarrollo y su familia puedan desarrollar su proyecto de calidad de vida, así como promover la inclusión como ciudadanos de pleno derecho en una sociedad justa y solidaria.
En estos momentos, ASPADEC, ubicada en El Terminillo, cuenta con un centro ocupacional con 100 plazas, un centro residencial con capacidad para 30 plazas, un Centro de Día para mayores de 45 años con capacidad para 10 plazas, cuatro viviendas tuteladas distribuidas por la ciudad de Cuenca y con capacidad para 35 plazas.
Pero es un maravilloso centro en el que conviven y trabajan, con Granja, con Talleres, con Cocina, con piscina, con proyectos en marcha que han hecho visibilizar a esta Asociación como la mejor y más puntera de toda Castilla La Mancha dentro del mundo de la Diversidad Funcional y que hace patente cuales son los caminos a seguir bajo el lema “Cuando eliges la Esperanza todo es posible”.
El III Certamen Nacional de Relato Corto/Cuento, que amplía su radio de acción, que ha fortalecido la necesidad de compartir inquietudes literarias, eliminando esas líneas que definen y diferencian.
La Fundación Aequitas, junto al Ilustre Colegio Notarial de Castilla La Mancha y ASPADEC han organizado las I Jornadas de Formación Jurídica en Discapacidad, en nuestra ciudad, con rotundo éxito.
Y ahora, sus habituales Jornadas de Puertas Abiertas –las que realizan cada año- ha conformado ese colofón de aptitud, actitud y compromiso con la sociedad a la que se debe, con la necesidad de seguir compartiendo y la reflexión de que todos debemos caminar en el mismo sentido y hacia el mismo logro.
Las XI Jornadas de Puertas Abiertas ASPADEC, celebradas del 25 al 28, han tenido de todo. Talleres de manualidades y huerto, visitas a su Granja Escuela, la Fiesta de la espuma, los castillos hinchables; Las actuaciones de Mágico Man, las Telas Aéreas, el Teatro, el Concierto musical de Rolly Rose han dado vida a un ambiente extraordinario, con encuentros y diversión, amistad, convivencia y solidaridad. Padres, hermanos, amigos, animales de compañía, políticos, todos han participado y todos se han sentido como “en su casa”.
Y como colofón, los Premios de cada año.
Primero esa Medalla de Oro de ASPADEC, en ese caso para Julián Cano Cambronero, Director y Presentador de “Héroes Anónimos” de CMM, por esa gran labor que desarrolla y que le hace ser merecedor de numerosos reconocimientos y premios a lo largo de todos estos años. Compartir con él sus inquietudes y sus realidades es un lujo y por eso, este premio no es más que una reafirmación de sus valores; o los dos reconocimientos muy aplaudidos, a Angustias Fernández, Secretaria de la Junta Directiva de ASPADEC, por su incansable labor y a Estrella Cobos Marquina, Jefa del Servicio de Discapacidad en la Delegación Provincial de Bienestar Social de CLM, por ese constante apoyo.
El cierre de fiesta, espectacular, con esa chocolatada y con esa sincera oportunidad de convertir la esperanza en realidad.
Jesús Fuente, Presidente de ASPADEC, en esta ocasión acompañado del Director General de Discapacidad de la Consejería de Bienestar Social; la Subdelegada del Gobierno de España, Rodrigo Molina diputado provincial, la Delegada Provincial de Bienestar Social, el Delegado Provincial de Sanidad, el concejal de Festejos y Participación Ciudadana, y otros muchos asistentes ayudaron a definir cuál ha sido la línea a seguir, aplaudiendo cuando las cosas se hacen bien –como así sucede con ASPADEC- y dejaron sentir su apoyo constante y unánime para que todo fluya siguiendo ese eslogan de que cuando eliges la Esperanza todo es posible.
Enhorabuena ASPADEC, una vez más.
Por Miguel Romero Saiz