En los últimos años, el mercado de coches ha experimentado altos y bajos. Con la integración del plan de acción y los fondos europeos se esperaba una destacada recuperación tras la pandemia. No obstante, la guerra en Ucrania, los problemas con la cadena de suministro y la inflación siguen haciendo de las suyas.
Aun en este contexto marcado por retos económicos enormes, las aseguradoras prevén una mejora en el mercado automotor durante el 2023. Por eso, resulta imprescindible crear espacios para el crecimiento y trabajar en aquellas variables que propicien la inestabilidad.
Oportunidades de crecimiento
La inflación no pasa desapercibida y los costes de los servicios que ofrecen las aseguradoras han aumentado en los últimos meses. Lo cierto es que respecto a 2022 se aprecia un crecimiento moderado en las ventas de coches.
Las cifras oficiales revelan un mayor número de colocaciones y matriculaciones. Los turismos y todoterrenos encabezan la lista de los más vendidos.
Es necesario destacar que algunas de las unidades contabilizadas en los primeros días del año en curso corresponden al mes de diciembre. Por problemas relacionados con el traslado y logística, no fueron matriculados en su momento.
Por otro lado, el parque móvil español es uno de los más envejecidos en Europa. Esto significa que los vehículos se caracterizan por ser muy contaminantes, menos seguros y con un tiempo de vida útil a punto de agotarse.
Esto es un punto a favor en el sentido de que muchos usuarios deberán sustituir los coches contaminantes por otras alternativas disponibles en el mercado.
Además, necesitan contratar seguros de coche que les permita circular con total tranquilidad por la vía. Asegurar un coche en España es de carácter obligatorio. Todo propietario de un vehículo tiene la obligación de tener al menos un seguro de Responsabilidad Civil para poder circular por las carreteras españolas. En caso de no tenerlo el conductor se expone a sanciones.
Las aseguradoras se actualizan
El nivel de exigencia de los clientes cada día aumenta más. Esperan recibir un servicio integral que responda a sus expectativas. Las aseguradoras generan planes de diferentes categorías y ajustados a presupuestos diversos.
Invierten a favor de su distinguida clientela. Realizan procesos mucho más eficientes y adaptan los servicios a los vehículos de alta tecnología que hay en el mercado. De esta manera, están mejor preparadas para proteger al cliente y garantizar la rentabilidad de su negocio.
El cambio en los hábitos de movilidad es un punto a favor. Hoy, los usuarios tienen intereses diferentes. Los vehículos electrificados se han insertado satisfactoriamente en el parque automotor. Las compañías de seguro amplían su abanico de servicios.
Tienen en cuenta que el tratamiento para esta categoría de productos debe ser distinto. Integran pólizas completas que incluya la protección de los componentes básicos que conforman este tipo de coches. La batería y el sistema de alimentación destacan como elementos centrales.
Reducir las emisiones de CO2 es un asunto de extrema importancia. La sustitución de coches es un hecho inminente. Se espera que en los próximos años los vehículos más antiguos dejen de circular por las vías europeas.
Claramente la transformación del sector automotor supone un cambio significativo en el futuro de los seguros. Hay que desarrollar soluciones ajustadas a las necesidades del momento. La prevención de siniestros es un asunto a considerar, así como el impulso de pólizas personalizadas.
Hay que adaptar los precios y las coberturas para que todos los clientes puedan acceder a un servicio de calidad que los ampare.
Retos que superar
Muchas compañías de seguros han activado procesos de transformación a fin de superar los numerosos desafíos existentes en el sector. Aún queda mucho trabajo por hacer. Modificar la mentalidad corporativa es un asunto prioritario.
Escalar a soluciones prácticas y alinear sus servicios al entorno actual. Salir de la zona de confort puede suponer un verdadero reto, pero es uno de los pasos que determinará su permanencia en el tiempo. Los clientes quieren respuestas inmediatas, optan por la agilidad y simplicidad de los procesos.
Las aseguradoras que no se adaptan a la nueva era tecnológica fracasan y con el tiempo desaparecen. El comportamiento de los clientes cambia constantemente y es necesario que las compañías adecúen sus servicios.
La incertidumbre se mantiene. El ecosistema asegurador continúa siendo afectado por la alta tasa de inflación y los tipos de interés variables. Es necesario analizar a profundidad la gestión operativa para responder satisfactoriamente ante los siniestros.
Las subidas de las pólizas de seguros deben estar acompañadas por espacios para la optimización interna, la automatización de los procesos y enfocar la atención en la oportuna respuesta. Ofrecer una excelente experiencia de usuario y que los consumidores estén a gusto con los resultados.
Necesitan expandir la huella aseguradora y diversificarse. Los retos se mantienen pero las compañías de seguros actúan de manera inteligente.