La necesidad de rescatar la memoria histórica, romper con un silencio cómplice y acabar con el miedo, también en Guadalajara. Ese fue el hilo conductor del coloquio organizado por Ahora Guadalajara, en colaboración con la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), celebrado en la tarde de ayer jueves en la Sala Tragaluz.
La formación aprovechó la presencia de la ARMH en la ciudad debido a las exhumaciones que está realizando en el cementerio municipal para organizar una mesa redonda titulada ‘Las exhumaciones de la memoria’ (hay que recordar que la AMRH está haciendo desde el pasado 9 de mayo una segunda exhumación en el cementerio de Guadalajara para intentar encontrar los restos de Timoteo Mendieta y otra veintena más de hombres fusilados en 1939 víctimas del franquismo).
El coloquio contó con la presencia del sociólogo y presidente de la ARMH Emilio Silva; del arqueólogo de ese colectivo y director de las excavaciones en Guadalajara René Pacheco; de la periodista Cristina Fallarás y de la abogada Chon Vargas Mendieta, nieta de Timoteo Mendieta, cuyos restos se buscan precisamente en la actual exhumación.
Joseba García, miembro de la asamblea de Ahora Guadalajara, ejerció como moderador en un acto en el que recalcó justo en su inicio que “desde Ahora Guadalajara también somos Ayuntamiento”, en un intento de compensar la desidia del equipo de Gobierno con las exhumaciones que se están produciendo en el cementerio municipal.
Un silencio cómplice
El primero de los intervinientes, Silva, hizo un repaso histórico y recordó que “ningún presidente de Gobierno ha hecho nunca un acto de homenaje en suelo español a las víctimas de la dictadura”. Después, el presidente de la ARMH quiso destacar la importancia de las exhumaciones de represaliados: “Todos los Timoteos Mendietas han cambiado la historia de este país, porque han vuelto para volver y contar lo que les hicieron”. Y se despidió con una crítica: “Este país ha dejado morir en silencio a muchísima gente”. En concreto, se calcula que hay 114.226 víctimas de la represión franquista desaparecidas.
Por su parte, René Pacheco se centró en el proceso técnico que siguen las exhumaciones. El arqueólogo recordó, no obstante, que las primeras exhumaciones se produjeron a partir de 1975 (cuando muere Francisco Franco) a instancias de “familiares, para dar un entierro digno a sus seres queridos”. No dejaban de ser “actos simbólicos, sin metodología científica” alguna, según Pacheco. El arqueólogo que dirige las excavaciones en Guadalajara aclaró que el principal fin de las exhumaciones es “identificar a los cuerpos”, aunque también hay una “labor pedagógica con los pueblos y vecinos, que consiste en explicarles quién nos ha pedido lo que hacemos”. Para Pacheco el “fin último” de la labor de la ARMH “es intentar que se pueda proceder a una investigación después de hacer nuestro trabajo”. Por último, Pacheco lamentó que “a día de hoy se esté procediendo a identificar genéticamente las muestras en Argentina, algo que debería sonrojar al estado español”, criticó. Por contra, se congratuló de un avance social: que los familiares de los represaliados “pierdan el miedo”.
La periodista Cristina Fallarás criticó el silencio reinante durante estas décadas respecto a las víctimas del franquismo: “A esta gente [represaliados por el franquismo] la mataron dos veces, la segunda con el silencio al que sometieron a la población”, dijo. La también escritora asumió su parte de culpa al señalar la “responsabilidad del periodismo y la literatura en este silencio”. Fallarás insistió en que, todavía hoy, siga habiendo “miedo, silencio y culpa de los familiares de los asesinados”.
La última de las intervinientes fue Chon Vargas Mendieta, nieta de Timoteo Mendieta. Vargas recordó que las fosas comunes que se están abriendo en Guadalajara responden a un proceso jurídico internacional -los trabajos en el cementerio municipal llegan tras el exhorto dictado por la jueza argentina María Romildi Servini, a instancias de la petición de exhumación de la familia Mendieta-. Así, rememoró que fue en 2012 cuando su familia interpuso una querella en Argentina: “Ascensión [su madre] viajó en avión con 88 años para pedirle a una jueza que le ayudara a encontrar, aunque solo fuera, un hueso de su padre [Timoteo] para llevarse a su propia tumba”, comentó. Y prosiguió: “Ascensión lleva 40 años peleando por recuperar los restos de su padre”. “Nuestro propósito no es solamente encontrar a Timoteo; es el momento de decir ‘basta ya’ y como ciudadanos requerir justicia”, sentenció.
El acto abarrotó la Sala Tragaluz, con cerca de centenar y medio de espectadores entre los que destacaba la presencia de la hija de Timoteo Mendieta, Ascensión Mendieta. Mendieta quiso agradecer a todos su presencia con unas breves palabras. También estuvieron presentes los ediles de Ahora Guadalajara, José Morales y Susana Martínez; el diputado regional de Podemos David Llorente y el diputado provincial de Ahora Guadalajara Francisco Riaño.
El coloquio se cerró con versos de Luis Cernuda y León Felipe recitados por el poeta Juan Carlos Mestre (Premio Nacional de Poesía 2009). Antes se abrió un interesante turno de preguntas y debate. En el mismo, la concejala de Ahora Guadalajara Susana Martínez lamentó la ausencia de respaldo institucional a este trabajo de exhumación por parte del equipo de Gobierno. “Esta ciudad no se debe avergonzar de lo que está pasando en el cementerio, se debe enorgullecer”, dijo.