¿Agua turbia por el travertino de Uña? Te contamos por qué
En estos momentos, la laguna de Uña desembalsa agua que, en este caso, va a parar al río Júcar que ha formado, en este encajonamiento, lo que se llama un travertino: una roca sedimentaria formada por depósitos de carbonato de calcio que, en determinadas condiciones, como las de aquí, forman cavidades muy llamativas en contraste con estos enormes bloques de roca desprendidos de lo que, hace muchos años, sería una especie de farallón rocoso
Pues aquí nos sorprendió, nos extrañó –y mucho- el color del agua, ceniciento, turbio.
¿Por qué?
Pues según hemos podido saber, se debe a unas obras que, en el Embalse de la Toba, está ejecutando Unión Fenosa para mantener el caudal ecológico del río, utilizando, para ello, uno de los tubos de desagüe que está en el fondo del embalse con el problema, añadido, de que, por ahí, con el agua, sale demasiado fango depositado en el fondo del pantano.
¿Cómo lo están solucionando? Pues cogiendo aguas más superficiales que no lleven carga arcillosa, sedimentos que, en este caso, dan este color tan feo al agua del Júcar.