Según las últimas estimaciones de la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo (AMAT), el coste directo que asumen las empresas derivado del absentismo laboral en nuestro país aumentó durante el año 2016 un 42 por ciento, ascendiendo a los 5.500 millones de euros.
Este ha sido uno de los asuntos abordados por los miembros del Comité Ejecutivo de la Confederación Regional de Empresarios de Castilla-La Mancha durante la celebración de una reunión ordinaria en la que se ha analizado la situación económica actual y que ha tenido lugar en la sede de CEOE CEPYME Cuenca.
El órgano de dirección de CECAM ha puesto de manifiesto el alcance de esta problemática para las empresas y ha expresado su preocupación por el significativo aumento de las bajas laborales que se ha producido en nuestro país coincidiendo con el inicio de la recuperación económica, en el año 2013.
En este sentido, no se comprende que cuando la situación económica comienza a marchar favorablemente, se produzca un repunte del absentismo laboral, con el consiguiente aumento de costes para las empresas y pérdida de los niveles de competitividad, ya que el absentismo laboral afecta a la productividad de las mismas. El coste del absentismo laboral ascendió en 2016 a 75.874 millones de euros, lo que supone un incremento del 23,6 por ciento respecto a 2015 y la cifra más alta de los últimos cinco años. O lo que es lo mismo, debido al absentismo laboral, el año pasado nuestro país dejó de generar una riqueza equivalente al 7 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB).
El año pasado ascendió a cerca de 4.580.000 el número de procesos de lo que también se conoce como Incapacidad Temporal por Contingencias Comunes. Esta cifra representa un incremento del 16,4 por ciento. Si se divide por regímenes de la Seguridad Social, la incidencia media por cada 1.000 trabajadores fue del 21,70 por ciento entre los asalariados, lo que supone un incremento del 5,8 por ciento respecto a 2015, y el nivel más elevado desde 2011.
Estas cifras ponen de manifiesto el importante problema que el absentismo laboral supone para las cuentas de la Seguridad Social (más de 17.000 millones de euros de déficit estimado para 2016), para las mutuas (330 millones de euros de pérdidas previstas por la gestión de estas contingencias) y para la competitividad de las empresas españolas.