Un centenar de profesionales de las 61 viviendas de mayores de la provincia de Cuenca han participado en el curso de formación “Técnicas de modificación de comportamiento que facilitan la integración del residente al centro” que el Gobierno de Castilla-La Mancha, a través de la Dirección Provincial de Bienestar Social, ha organizado en la ciudad de Cuenca los días 13 y 14 de diciembre.
La directora provincial de Bienestar Social, Amelia López, que ha asistido a la clausura del curso, ha puesto en valor la labor que realizan las profesionales de las viviendas de mayores, pues aunque se tiende a equipararlas con trabajadorad que realizan tareas exclusivamente domésticas, la realidad es que son las responsables de la atención integral que reciben los mayores, abarcando no sólo el cuidado sino también el apoyo psicológico y social.
Por esa razón, ha insistido en la importancia de que estas personas, en su inmensa mayoría mujeres, estén debidamente cualificadas y tengan la oportunidad de renovar sus conocimientos y continuar adquiriendo las habilidades y actitudes necesarias para el desarrollo óptimo de su labor.
En este punto, ha reiterado el compromiso del Gobierno regional con el Programa de Formación Continuada para las Viviendas de Mayores de la región, en el que se enmarca este curso y que el Ejecutivo de Emiliano García-Page retomó en 2015 tras cuatro años de inactividad.
López también ha destacado la importancia del Equipo de Apoyo a la Vivienda, que han dirigido estas jornadas formativas. Equipo que está integrado por un grupo de psicólogos que asesoran a las profesionales de las viviendas de mayores y se desplazan al recurso si algún residente necesita ayuda, surgen problemas de convivencia, etc.; prestando incluso un servicio de atención telefónica durante las 24 horas del día.
Las viviendas de mayores son un recurso de alojamiento con gran aceptación en Castilla La Mancha y en Cuenca. El número de viviendas en la región es de 154, con un total de 1.479 plazas residenciales. En la provincia de Cuenca hay 61 viviendas de mayores con 593 plazas de las que 467 están ocupadas, lo que significa que hay una ocupación del 82 %.
En estos centros convive un grupo reducido de personas mayores con un estilo de vida muy parecido al de una familia. Es decir, se siguen unas normas de convivencia que garanticen una vida en armonía, pero además se promueve un envejecimiento activo y que la persona continúe siendo autónoma, aunque atendidos por profesionales.
