Un total de 26 menores con algún grado de discapacidad visual que cursan sus estudios en centros de la provincia de Guadalajara reciben apoyo profesional y material que facilita su formación en virtud del convenio suscrito en diciembre de 2015 entre el Gobierno regional y la ONCE.
Una Comisión Provincial de Coordinación se encarga de velar por el cumplimiento del convenio y establecer la coordinación necesaria para su correcta aplicación. Esta Comisión se reúne varias veces a lo largo del curso con participación de miembros de la Dirección provincial de Educación, Cultura y Deportes y de la ONCE.
En la última reunión celebrada este curso, se han analizado los datos del año pasado y se han establecido las líneas de aplicación de la programación del presente curso, presentando una propuesta específica de manera coordinada entre los profesionales implicados.
El director provincial de Educación, Cultura y Deportes, Faustino Lozano, ha destacado la importancia de este acuerdo “que busca conseguir la equidad en la educación”. Así, profesionales de la ONCE y del Gobierno regional trabajan coordinadamente “para facilitar en los centros educativos la práctica de modelos educativos inclusivos, eficaces en la respuesta a la diversidad del alumnado, con un seguimiento individualizado”, explica Lozano.
Los 26 alumnos y alumnas que este curso están siendo atendidos en virtud de este convenio cursan sus estudios en 12 centros educativos de siete municipios de la provincia. Las cifras varían de un curso para otro y cada año la Comisión Provincial de Coordinación valora esos cambios para adaptar los recursos a las necesidades.
El Gobierno regional financia una profesora y la ONCE otro docente más. Además, desde la Consejería de Educación, Cultura y Deportes se aporta el material adaptado necesario en cada caso y que varía en función de las necesidades del alumnado y de su discapacidad. Así, desde el Gobierno regional se suministra a los centros en los que cursan estos alumnos recursos digitales adaptados, desde pantallas de ordenador específicas con lupas o focos y máquinas braille para los alumnos que no tengan restos de visión.
Por su parte la ONCE aporta también programas específicos que facilitan al alumnado su formación adaptada para cualquiera de los niveles educativos a partir de los tres años y pone a disposición de dichos alumnos su red de profesionales.
