El pasado martes, día 28, tuvo lugar en los salones de la Excma. Diputación Provincial de Guadalajara, un acto de gratitud y homenaje a un guadalajareño ilustre. El acto al que me refiero se materializó en la presentación a los medios de información de un libro dedicado a él; honrosa evocación a su pasar por la vida, dejando tras de sí para la posteridad una serie de recuerdos que se han hecho patentes en su provincia con motivo del vigesimoquinto aniversario de su fallecimiento.
El libro que ha de perpetuar su memoria lleva el título de “La guitarra mágica de Segundo Pastor”, el inolvidable compositor e intérprete de música para guitarra clásica, considerado con estricta justicia como uno de los cuatro grandes del Siglo XX. En torno a las fiestas de Navidad se repetirá el acto, acompañado de actuaciones artísticas y abierto al público, según anunció el Presidente de la Diputación, don José Manuel Latre, que presidió la presentación a la prensa, al que acompañábamos los autores del libro: Pedro Ruiz de Luna, intérprete de guitarra y alumno distinguido del Maestro; yo mismo como coautor; Segundo Pastor Sarro, hijo del homenajeado, e Ismael de Mingo, joven alcalde de Poveda de la Sierra, pueblo natal del Maestro.
La personalidad y la herencia artística de Segundo Pastor son algo grandioso, que bien merecían un acto así. El libro ya debe de estar a partir de hoy en los escaparates de las librerías en Guadalajara, letra y música a la vez como justo recordatorio de un paisano ilustre, pues a cada ejemplar del libro lo acompaña un CD con veinte temas musicales a la guitarra, compuestos e interpretados por el gran Maestro, al que sus paisanos recuerdan con especial admiración y afecto.
Ahí se ha renovado su recuerdo, ahora a perpetuidad, en un importante rimero de páginas escritas en honor del personaje -justo reconocimiento, al fin-, generosamente correspondido con notas de guitarra, que sus paisanos recuerdan y conservan en la memoria como oro en paño. Algo grandioso, esencia de esta tierra, que hemos contribuido a inmortalizar, más todavía de lo que ya era.