Es julio, hace más de 35 grados en la calle, en casa consigues no morir gracias a ese pequeño ventilador que tienes enchufado las 24 horas. Piensas “no lo soporto más” y al fin decides hablar por el grupo de Whatsapp y preguntar:
- Oye, ¿nos vamos al río a pasar el día?
Empiezas a preparar el bocadillo seguro de la respuesta, está claro que todos van a decir que sí; y entonces miras el móvil con cara de satisfacción. Tal y como imaginabas la gente comienza a confirmar su asistencia, tú estás feliz de poder salir de casa. Sin embargo, empiezas a recibir muchos mensajes, no sabes que está ocurriendo, entonces desbloqueas el teléfono y al fin observas que está pasando; tu amigo Pepe ha hablado y ha roto la armonía de la conversación con una simple frase:
- Yo… es que prefiero ir a la piscina, el río es peligroso y me da asco.
Y ahora es cuando comienza una dura batalla entre defensores de las piscinas y de los ríos que os lleva toda la tarde y tú, amargado, te derrites de calor solo en casa.
Pero, ¿lleva razón Pepe y bañarse en entornos naturales es un peligro?
La bella y peligrosa naturaleza

La provincia de Cuenca es una zona afortunada, pues posee varios embalses, lagunas y ríos, muchos incluso cerca de la localidad, que invitan a conquenses y visitantes a refrescarse. Está claro porque las personas deciden ir y pasar un día relajado rodeado de árboles y de la naturaleza. Sin embargo, en estas aguas existen ciertos riesgos que muchos desconocen y hacen que todos los años se produzcan desgracias que podrían haberse evitado.
Estos son algunos de los peligros que poseen sus aguas:
- Poseen fondos irregulares, de distinta altura, que son invisibles para los bañistas, y es uno de los principales peligros de bañarnos es estos paraísos naturales.
- No solo cambia su fondo, sino que su caudal es también variable y experimenta cambios debidos a las lluvias o a la apertura de puertas de un embalse. Donde un año no había ninguna roca este año puede haberla. Muchos jóvenes saltan desde zonas elevadas, sin ni si quiera comprobar antes su fondo, seguros de conocer bien esas aguas donde se han bañado cientos de veces. Otros simplemente se fían, “si hay gente bañándose cerca no debe haber peligro” pensarán.
- Al problema de los fondos y el caudal se une otro tercero, no menos importante, las pozas. No es la primera vez que se escuchan casos de personas hundidas en pozas. También en los fondos suele haber lodo, fango y arboles sumergidos donde es posible quedar atrapado.
Parece que quiera convenceros de no ir a bañaros en la naturaleza, pero nada más lejos de la realidad. La mayoría de estos problemas se solucionan teniendo un cierto conocimiento de la zona y nadando con precaución y sin hacer ninguna locura. No en vano, varios bomberos advierten que «el 90% de los ahogamientos en zonas naturales se debe al desconocimiento del medio más que la geología».

En la provincia de Cuenca se supervisan siete zonas de baño, el Embalse de Buendía, con dos zonas de baño (ambas en Buendía); el Río Guadiela (Albendea); la Laguna del Tobar (Beteta); el Río Escabas (Cañamares); el Embalse de la Toba (Cuenca) y el Río Cuervo (Santa María del Val).
En estas siete zonas la Consejería de Sanidad, a través de la Dirección General de Salud Pública y Consumo, lleva a cabo un Programa Regional de Vigilancia Sanitaria de las Aguas de Uso Recreativo. Se realizan controles de agua, se revisan sus instalaciones, sus entornos, se toman muestras de agua para su análisis y ver que cumplen con las normativas químicas, físicas, biológicas y de microbiológicos vigente.
Cada 15 días la consejería publica informes con estos resultados hasta que finaliza la temporada de baño el 15 de septiembre. Si posees algún amigo o familiar con ciertas inseguridades o que haya pasado por malas experiencias acuáticas, sin duda lo mejor será ir a cualquiera de estas zonas “oficiales”, pues se sentirá más seguro y despreocupado.
El problema de bañarse en zonas “no oficiales”
Si sois más aventureros o ya tenéis muy vistos esos lugares, otras zonas “no oficiales” muy frecuentadas por los ciudadanos son las chorreras del río Cabriel (entre Enguidanos y Villora), los cortados de Villalba de la Sierra o las pocetas del río Huécar en Palomera. Estos lugares poseen más peligros que los nombrados en el anterior párrafo, ya que nadie asegura que sus aguas sean 100% libres de riesgos para los bañistas. No se les realizan revisiones y nadie puede asegurar que sus aguas no contengan algún microorganismo dañino para la salud. Seguramente no pase nada por bañarse en ellas, por eso son muy frecuentadas año tras año, pero uno ya no va con la misma seguridad. Tampoco se trata solo de microorganismos.
Los ríos presentan más inconvenientes que las lagunas o embalses. A diferencia de estos, los ríos son una corriente continua de agua, sus aguas no consiguen calentarse y se acerca peligrosamente a bajas temperaturas, sobre todo los ríos de montaña. Estamos más expuestos a sufrir un corte de digestión o una hipotermia. En los ríos urbanos en cambio, el principal problema no es la temperatura, sino el alto grado de contaminación que alcanzan sus aguas, sobre todo en época estivales, donde se vuelven más sucias y turbias.

Las zonas del río Júcar cercanas a la localidad son lugares muy demandamos por los jóvenes conquenses. Pueden ir andando con sus amigos, refrescarse y no necesitan pagar ni ir en coche. Sin embargo, hay zonas del río Júcar donde los conquenses aprovechan para darse un remojón, cuando no sería lo más recomendable. Víctor, un joven conquense de 25 años, recuerda con desagrado un verano de hace 5 años cuando se abrió la cabeza contra una roca del río Júcar y le entró una bacteria fecal.
“Me tiré de cabeza en una zona del río donde me bañaba todos los años, pero aquel verano había una piedra en el fondo y por poco la palmo”. El joven reconoce como el médico le aconsejó “no bañarse en aguas tan cercanas a ciudades donde van todos nuestros desechos”. No suele tener importancia que esta bacteria entre en contacto con nuestra piel, pero si la tragamos o poseemos alguna herida puede causarnos una grave infección. Desde ese día, Víctor prefiere ir a bañarse a la piscina.
La piscina, ese compañero soso, pero despreocupado
Las embalses, ríos y lagunas son lugares muy frecuentados en la provincia. Existen dos factores muy importantes por los que la gente suele preferir ir a estas zonas: El precio (es gratis) y el contacto con el entorno rural. Pero no nos engañemos, la piscina tiene también sus alicientes y es una gran aliada en estas épocas de calor. Mientras que algunos prefieren el contacto con la naturaleza, otros simplemente desean darse un chapuzón y refrescarse un par de horas en algún lugar cerca de casa; meter los pies en el agua y dedicarse a tomar el sol para poder lucir ese moreno veraniego, tumbarse en el césped y jugar a las cartas.

Cuenca tiene dos piscinas municipales, la de Luis Ocaña y Tiradores Altos. Ambas tienen un precio entre los 2,5 y 3 euros por entrada y poseen bonos para aquellas personas que vayan a acudir con frecuencia y deseen un precio más económico. Otras piscinas cercanas a la localidad las encontramos en Playa Artificial o Villar de Olaya. Para ir a esta última necesitarás un coche, sin embargo, posee el precio más económico, 2 euros mayores de 18 años y un euro para los menores. Se encuentra a 10 minutos de la ciudad.
La piscina también posee inconvenientes por supuesto. Los compuestos químicos que posee el agua no es que sean precisamente buenos para el ser humano. Se añaden a la piscina productos químicos como cloro que puede resecar y causar irritaciones a gente con piel sensible. También el cloro junto a otros fluidos que se añaden a la piscina para controlar el Ph y matar microorganismos puede producir cloramina, una reacción química que se produce al unir estos compuestos con la saliva y la orina; puede producir alergia y asma en niños de corta edad. Algunos expertos recomiendan más controles de orina en las piscinas, sobre todo en las de niños pequeños, que es donde más se produce esta sustancia.
Pero la cloramina no es el único inconveniente, la no correcta mezcla de estos productos químicos puede dar paso a casos desagradables. Todos hemos escuchado alguna vez en televisión o leído alguna noticia relacionada con incidentes producidos por la incorrecta manipulación de estos productos en piscinas. Los ojos y los dientes también sufren daños por culpa de estos productos, si acudes a la piscina un par de días por semana no pasa nada, pero si asistes diariamente, podría causarte daños oculares y tus dientes podrían empezar a ponerse amarillentos. Además, los hondos en estos lugares proliferan debido al gran número de gente descalza y la acumulación de charcos de agua.
¿Qué es mejor entonces? Cuestión de gustos
En otras ciudades quizás de más pereza, pero Cuenca tiene la suerte de poseer buenos lugares cercanos donde bañarse. Si no tenemos coche o simplemente queremos pasar un par de horas repescándonos con nuestros amigos o familia, quizás la mejor opción sea acudir a esa piscina municipal o privada que se encuentra cerca de casa y no dará ningún dolor de cabeza. Seguramente tengas a un socorrista a tu lado que te salve en caso de apuros. No tendrás que preocuparte por nada, excepto de echarte bien de crema solar para no quemarte.
En cambio, si quieres pasar un día fuera seguramente prefieras coger el coche, llevarte unos bocadillos y pasar toda la tarde en una laguna o río. Se tardará más en llegar, habrá que tomar las precauciones señaladas en el artículo, ¡incluso puede que nos muerda un pez! Pero… no importa. Jóvenes alocados, familias con sus hijos, amigas cuarentonas, a orillas de estos parajes disfrutan todo tipo de personas y es que, al fin de cuentas, laguna o río, zona oficial o no oficial, pasar un momento tranquilo junto a tus seres queridos se disfruta en cualquier lugar.
Bibliografía
«No hay que nadar ni en ríos ni en pantanos». (s.f.). El Periódico de Aragón. Obtenido de http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/temadia/no-hay-nadar-rios-pantanos_64044.html
¿Qué peligros sanitarios tiene bañarse en el río? (s.f.). ABC de Sevilla. Obtenido de http://sevilla.abc.es/sevilla/sevi-peligros-sanitarios-tiene-banarse-201511110654_noticia.html
AUÑÓN, P. (s.f.). Aquí no hay playa (pero sí hay ríos). Cadena SER. Obtenido de http://cadenaser.com/emisora/2016/07/01/ser_cuenca/1467384928_575683.html
ELIZARI, R. (s.f.). Los expertos alertan de los «riesgos ocultos» de los ríos y los embalses. Diario de Navarra. Obtenido de http://www.diariodenavarra.es/noticias/navarra/mas_navarra/los_expertos_alertan_los_riesgos_ocultos_los_rios_los_embalses.html
GARCÍA, S. (s.f.). La piscina estropea los dientes (además de pelo, piel, ojos, uñas…). El País. Obtenido de https://elpais.com/elpais/2015/07/03/buenavida/1435937639_469977.html
Una veintena de ríos y embalses frecuentados por los madrileños no son aptos para el baño. (s.f.). 20 Minutos. Obtenido de http://www.20minutos.es/noticia/2517768/0/veintena-rios-embalses/frecuentados-madrilenos/no-aptos-bano/

