Conscientes de la dificultad de sacar algo de la visita a tierras oscenses, los guerreros del Quabit Guadalajara se niegan a dar el partido por perdido antes de jugarlo. Quien ha tenido la suerte de presenciar un enfrentamiento del Quabit, ha podido ver a un equipo humano que se deja la piel en la pista, hombres que se reinventan una y otra vez, dirigidos por un entrenador, César Montes, que ha conseguido sacar lo máximo de un combinado esquilmado por las bajas. A las ya habituales lesiones, se añadía el sábado la del joven Alberto Sanz, quien las últimas jornadas había protagonizado una muy buena evolución. La rotura del ligamento cruzado de la rodilla le obliga a parar, pasar por el quirófano y recuperarse con tranquilidad, pensando ya en la próxima temporada.
Con semejante panorama, mirar para arriba es complicado: “vamos a luchar en Huesca e intentaremos traernos lo que sea posible, pero sabemos que es difícil y tenemos los pies en la tierra. Intentaremos aprovechar nuestras virtudes y trataremos de explotarlas”, decía el entrenador del Quabit Guadalajara, César Montes. Para el técnico, Huesca es un equipo serio y sólido, donde el grupo tiene más importancia que las individualidades. Los alcarreños conocen bien a los hombres de José Nolasco, dado que se han enfrentado en dos ocasiones en la cuarta eliminatoria de Copa del Rey.