La despoblación erosiona la España rural como las termitas que, según la leyenda, solo dejaron en pie a la ermita de Valdelagua haciendo emigrar a sus habitantes a los pueblos limítrofes siendo, uno de ellos, Robledillo de Mohernando del que destaca de todo el paisaje urbano, su iglesia parroquial bajo la advocación de Nuestra Señora de La Piedad, del siglo XVI, con artesonado de madera y cierres de hierro -además de la falleba-, que recuerdan tiempos de nostalgias cuando en Robledillo había más de quinientas almas.
Allí, a las puertas de esa iglesia, encontré hace treinta años a María Jesús Varela, Elena Roble y Amelia Marchamalo. Tres mozas de Robledillo que, ese año, les tocaba ser las Ramas del pueblo. Esa fiesta que prácticamente se ha perdido en la provincia de Guadalajara -de la que dábamos cuenta, semanas atrás, en Majaelrayo a través del Liberal de Castilla-, entroncada con la cuaresma porque, aparte de las canciones relacionadas con la Pasión de Cristo como El Arado, hay otras que hasta el Domingo de Ramos se cantaban por las calles de casa en casa, o al forastero, con el propósito de sacar dinero para el monumento del Jueves Santo porque, como digo, el día señalado, el día grande, era, es, si es que hay chicas, el Domingo de Ramos cuando las Ramas acuden a la iglesia con la finalidad recoger el ramo construido con una armadura de madera, de forma ovalada, forrada con tela blanca de la que cuelgan cintas de colores y en el que se ponen, además, medallas y relicarios. Claro que, como dice María Jesús, últimamente se hace en la plaza del pueblo en donde el ramo es bendecido por el párroco y ya, desde allí, se va como en procesión llevándolo hasta la iglesia con las dos espadas adornadas con cintas, cascabeles y un pañuelo en la empuñadura, que deben ser reminiscencias, pienso yo, de primitivas danzas guerreras que, con el tiempo, fueron sustituidas por los palos. Es que, aquí, nadie sabe lo que significa esto porque, las Ramas, añade María Jesús, son las que piden para velas que iluminarán la iglesia durante la Semana Santa y para el monumento del Jueves Santo. Unas Ramas que son nombradas por las del año anterior como ellas nombraron a las de 1988.
Hace treinta años, María Jesús, Amelia y Elena contaban que, dos años antes, habían retomado las canciones heredadas de Estefania Almazán (1895), de Catalia García (1923) y de Ángeles, Rosalía y Guillermina del año 1942 según recoge Amador Fernández en su libro “Historia de Robledillo de Mohernando”: estaba perdida la tradición de cantar. Yo creo que desde la guerra. Pero las Ramas sí que salían y pedían durante toda la cuaresma. Se pedía todos los domingos, sí, aclara Elena
El Domingo de Ramos, como digo, es o era el día clave. Las Ramas entraban al interior de la iglesia y, una vez finalizada la misa, se dirigían al altar mayor para recoger el ramo poniéndole música a esta letrilla: “Vamos a tomar el ramo al pie del altar mayor, que ya nos le ha bendecido el ministro del Señor”.
Una vez que toman posesión del ramo –que llevará la del centro- y de las espadas que irán a ambos lados, las Ramas salen al pórtico de la iglesia para volver a entonar otra de las canciones y chocar las espadas al finalizar la misma: “a la puerta de la iglesia tres ramas hemos llegado, a darle mil alabanzas al Dios que nos ha creado”. A continuación dan unos pasos hasta la misma puerta en donde, en otra canción, ensalzan el papel de la iglesia “donde Dios hizo morada, donde está el Cáliz bendito y la Hostia consagrada”. Vamos dando unos pasitos hasta llagar al agua bendita. Cantamos cuatro o cinco canciones. Antiguamente cantaban en cada altar a San José, San Esteban, a la Virgen…en todos los altares. Ahora ya no se canta, dice María Jesús.
Las ramas llegan ante el altar en donde cantan al sagrario sin que, en esta ocasión, choquen las espadas al final: “ese relicario hermoso que hay en el altar mayor, coronado está de flores y dentro nuestro Señor”. Se trata de una canción corta seguida de una larga que interpretan de rodillas con las espadas en alto y con música distinta a las demás: “dulce Jesús de mi vida, dueño de mi corazón, misericordia de mí que soy grande pecador (…)”.
Las tres Ramas salen al exterior de la iglesia para formalizar la despedida con la misma música y una letrilla que dice: “me despido de la iglesia, también del altar mayor, y de ti no me despido Virgen de la Concepción (…)”
Piden, lo he dicho, para velas y para el monumento del Jueves Santo. Hace treinta años recaudaron unas veinte mil pesetas que para un pueblo tan pequeño estaba muy bien. Es que el problema está en que cada vez hay menos gente en Robledillo. El año pasado no salieron las Ramas pero el anterior sacaron unos trescientos euros, aclara María Jesús al tiempo que teme que, este año, tampoco salgan porque a estas alturas ya debería saberse. Es que no hay chicas jóvenes en el pueblo y, cuando las hay, ensayan cuatro o cinco días antes del domingo de Ramos pero, por lo que sé, no se ha hecho, aclara Elena. Es que las cosas son como son. Por eso se trasladan las fiestas al fin de semana como ocurre con Valdelagua que es el día de San Marcos pero será el sábado anterior o posterior para que haya gente, comenta. Además, los jóvenes no acuden a la misa. Les falta lo que nos inculcaron a nosotras y no tienen arraigo en ese sentido y, bueno, las que salieron hace dos años, como mi hija, ya son mayorcitas y les da vergüenza salir otra vez. Tenga en cuenta que aquí, censados, hay ciento veinte vecinos pero, en el invierno, no llegan a cincuenta. La gente se va a Guadalajara o a otros sitios y vuelve con el buen tiempo, afirma María Jesús entre risas porque, ella, es de las que acuden los fines de semana –y no todos- para ver a sus padres.
Pudiera ser que alguien de Robledillo de Mohernando, como en otros cantares y decires, regresara al pueblo y las ramas le dieran por “forastero que has entrado sin licencia en el lugar, tres doncellas te pedimos con respeto y humildad, échate mano a la bolsa mozo prudente y honrado, Dios te dé una buena novia para bien y muchos años”.
Domingo de Ramos en Robledillo: “un día muy solén, cuando Jesucristo entró,triunfante en Jerusalén”
Audio 1987. «A las puertas de la iglesia»
Audio 1987. «Vamos a tomar el Ramo
Audio 1987. «Hoy es Domingo de Ramos»