La procesión Camino del Calvario sale a las cinco media dela mañana del Viernes Santo desde la iglesia de El salvador. Así, desde hace cuatrocientos años aunque partiendo de otras iglesias. Y, por delante, los pregoneros turbos que anuncian mofa y escarnio a golpe de ronco tambor y de clarín desafinado.
Se ha escrito mucho sobre el origen de Las Turbas y, posiblemente, sea el año 1766 el de su inicio aunque no está claro del todo por las similitudes con el motín del tío Corujo. Lo cierto es que la Constitución número 35 de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno determina que, “el piostre no abrirá las puertas de su casa hasta rayar el día, y dará solo a los hermanos que concurrieren el corto agasajo compatible con el precepto de ayuno…”
Desde 1615, la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno desfila por las calles de Cuenca junto a la de San juan y la del Cristo de la Luz en el seno del Cabildo de San Nicolás de Tolentino del convento agustino que, luego, fue Posada del Sol y, más tarde, Posada de Santa Luisa.
La Cofradía de San Juan Evangelista hunde sus raíces, igualmente, en el Cabildo de San Nicolás de Tolentino. Tras años de decadencia en el siglo XVII, resurgió en 1702 llegando hoy. En torno a ella se agruparon los ebanistas y carpinteros cumpliendo con la tradición de seguir al amparo de los gremios.
Los herreros y cerrajeros fundaron también su cofradía impulsada por el cabildo de San Nicolás de Tolentino aunque, los dantos más antiguos, sean del año 1768. Con la destrucción del convento agustino en la Guerra de la Independencia, la Soledad de San Agustín fue trasladada al Convento de San Francisco estando a punto de desaparecer a mediados del siglo XIX. Luego, se reformaron sus constituciones llegando, así, al momento que conocemos en la actualidad.
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