
Escuchemos a Goethe.
Se atribuye a Wolfgang Goethe la frase “Peligroso es el hombre que no tiene nada que perder”.
La inmensa mayoría de quienes ostentan el cargo de Alcalde/sa o concejal/a en la España rural, no dependen, ni dependerán, ni quieren depender de la política para vivir y sólo les mueve un afán de servicio hacia sus vecinos y Pueblos. Es peligroso subestimarles.
A año y medio de unas elecciones municipales y autonómicas, hacer saltar por los aires, desde un despacho, la confianza depositada democráticamente a través de un congreso, en un líder de gran prestigio provincial, es miope y tendente a la derrota y el fracaso. Los responsables, sin saberlo, han creado un mártir.
Con la que está cayendo ¿era una prioridad realizar esta acción?, ¿no habría que centrarse en armar ideológicamente una alternativa combinada y conjunta al actual desgobierno atrayendo y uniendo voluntades y personas de enorme valía, no por cuotas, teniendo en cuenta el transcendental momento histórico que estamos viviendo?
Si alguien quiere llegar a ser Presidente/a de una región, o de una nación, ha de rodearse de equipos solventes donde sean los mejores quienes le aconsejen, le aplaudan o le critiquen constructivamente según corresponda. Además, ha de tener proyecto, coherencia y valentía para defenderlo.
Las cosas no son lo que son, sino lo que pueden llegar a ser. El encender una mecha sin tener prevista la carga que puede hacer deflagrar es suicida e irresponsable. Si en el próximo congreso saliera elegido, de nuevo, el actual presidente dimitido ¿qué pasaría?, si quienes no tienen nada que perder optan por integrarse en otro partido o crear uno nuevo dividiendo el voto, ¿alguien lo ha pensado?
Como recomienda Leopoldo Abadía, es la hora de los sensatos.
Por Juan Antonio Callejas Cano

