El Gobierno regional ha comenzado a realizar las voladuras para el préstamo de materiales a las obras de la reconstrucción del tramo de 1.730 metros de la carretera CM-2201 entre Masegosa y Beteta que en diciembre de 2023 sufrió un grave hundimiento debido a las fuertes lluvias.
La delegada provincial de Fomento, Ana Ponce, asistió a las primeras voladuras, junto al alcalde de Masegosa, Alejandro Mayordomo; el jefe de Servicio de Carreteras, Javier San Mauro; y responsables y técnicos de la empresa Construcciones Gismero, adjudicataria de los trabajos.
Ponce ha recordado que, tras el derrumbe del tramo en diciembre de 2023, la Consejería de Fomento inició un procedimiento de urgencia y adjudicó las obras en febrero de 2024 por un importe cercano a los dos millones de euros y un plazo de ejecución de doce meses que recientemente se ha ampliado en seis más.
“Los trabajos se desarrollaron con normalidad hasta el mes de noviembre en el que hubo que parar debido al mal tiempo, que nos impedía trabajar con seguridad y efectividad. Ahora, retomamos los trabajos y hemos comenzado por las voladuras para el acopio de materiales, con intención de continuar a partir de abril, cuando el tiempo sea más favorable”, ha explicado.
Las obras, que se espera estén terminadas el próximo otoño, van a consistir en la excavación interna del terraplén que colapsó y su reconstrucción total del tramo desde los cimientos.
Mientras tanto el tráfico sigue derivado por un itinerario alternativo, con señalización específica, por una que bordea el municipio de Beteta.
“Se trata de una obra muy importante, en la que vamos a invertir nada menos que dos millones de euros. Es verdad que viene motivada por un siniestro en el que, afortunadamente, no hubo que lamentar víctimas; pero en cualquier caso el resultado va a ser una infraestructura totalmente nueva, más segura y conformable para los conductores de la Serranía”, ha remarcada la delegada.
Por su parte, el jefe del Servicio de Carreteras ha explicado que las voladuras consisten en realizar exposiciones controladas en una ladera de piedra cercana para proveer de materiales a la obra de reconstrucción, fundamentalmente roca, que es lo que se va a utilizar para “rellenar” el terreno, por una mayor capacidad de agarre y drenaje.
