El equipo de trabajadores sociales de la Gerencia del Área Integrada de Cuenca, dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM), ha participado en un curso formativo para actualizar conocimientos sobre las prestaciones de la Seguridad Social.
La actividad, organizada por el Área de Formación de la Gerencia, tenía como objetivo satisfacer una demanda de aprendizaje en esta materia solicitada por los propios profesionales de Trabajo Social y para su desarrollo se ha contado con la colaboración como docente de Javier Sáez Torralba, director del Centro de Atención e Información de la Seguridad Social (CAISS) de Cuenca.
Durante las jornadas, que se han desarrollado en el Centro de Especialidades de Cuenca (CECU), se han descrito, analizado y actualizado conocimientos relacionados con prestaciones que están muy vinculadas al ejercicio del trabajo social en el ámbito sanitario.
Entre ellos, se han abordado asuntos como el derecho a la asistencia sanitaria, la incapacidad laboral, pensiones, prestaciones familiares por nacimiento o cuidado de menores, el ingreso mínimo vital o la violencia de género.
La actividad se enmarca dentro del plan de formación continuado que ha propuesto la Sección de Trabajo Social para el año 2025, ya que uno de los objetivos del área es impulsar estas acciones para mejorar y perfeccionar la competencia profesional y ofrecer un servicio de calidad a la población.
La Sección de Trabajo Social de la Gerencia, incluida desde el mes de agosto del año 2024 en el organigrama de la Gerencia del Área Integrada de Cuenca, está formada por 14 profesionales de trabajo social, de los cuales siete desempeñan su actividad en Atención Primaria, cuatro en el Hospital Virgen de la Luz y tres en el servicio de Salud Mental; y uno de ellos se encarga de la coordinación de todo el equipo.
El trabajador social proporciona al equipo multidisciplinar sanitario un análisis holístico e integral de la persona, la familia y de su entorno.
Ellos se encargan de establecer un diagnóstico social sanitario y elaboran un plan de actuación que se suma al diagnóstico clínico para atender a la población de manera eficaz y eficiente. Sus intervenciones se conectan tanto con el sistema sanitario como con otros sistemas como el social, el judicial, el educativo, etc., para trabajar en red y ofrecer respuestas globales.
