‘Gorluak’ es el nombre elegido por la artista madrileña afincada en Sidney desde hace cuatro años, Eva Millares, para la exposición pictórica que se encuentra instalada desde el pasado viernes en la sede de la Fundación Antonio Pérez (FAP) de la capital conquense dentro del panorama cultural de los actos conmemorativos enmarcados en el desarrollo de la celebración de Cuenca 2016.
El diputado provincial de Cultura, Francisco Javier Doménech, que estuvo acompañado por la propia artista y el presidente de honor de la FAP, entre otros, fue el encargado de inaugurar esta muestra, que hace un repaso por el trabajo de los últimos cuatro años de esta artista madrileña.
Doménech resaltó la especial emotividad de la muestra, puesto que es la primera de Eva Millares en España tras marcharse a Australia, y, además, comparte centro expositivo con las obras de arpillera de su padre, Manuel Millares, que se encuentran en la primera planta de la FAP.
Llamó, igualmente, la atención sobre la originalidad y la singularidad de esta exposición que reúne un total de medio centenar de obras de mediano y pequeño formato, donde “las técnicas mixtas sobre collage toman especial protagonismo para reflejar un mundo muy particular lleno de personajes, bestias y monigotes que pueblan la superficie pictórica”.
‘Gorluak`’ representa, por un lado, una búsqueda constante de la belleza a través del envejecimiento de la materia y, por el otro, un volcado masivo de imágenes acumuladas en su memoria. Sus dibujos, que aparecen sobre collages pegados en cartón, lienzo o paneles de madera, nacen de carteles instalados de forma ilegal en lugares de Madrid y Sydney.
En el mismo acto de desgarrar estratos de papel adheridos a las fachadas, la artista, hija de Manolo Millares, vuelve a conectar con el mundo de las excavaciones arqueológicas, al que estuvo ligado durante un tiempo; no en vano, es graduada en Arqueología.
Para recomponer los fragmentos que forman sus collages, Gorluak desarrolla lo que ella llama «la caza de fantasmas», capturando imágenes con grafito, carbón o trazos de óleo negro, en una caótica avalancha de personajes que aparece ante sus ojos a través de los pliegues y contornos del papel. Para ella, cada collage terminado es un yacimiento excavado en la memoria. Son, como confiesa “los hijos de un ‘menage a trois’ entre el grafitti, la arqueología y el descontrol mental”.
Hasta el próximo 19 de febrero puede visitarse en la sala de exposiciones temporales de la FAP esta exposición de Eva Millares que toma su nombre, tal y como explica la propia artista, de los tebeos de Mortadelo y Filemón; concretamente, “se trata del sonido que emite el reclamo de avestruces que aparece en Mortadelo y Filemón en el circo. Cuando los famosos agentes de la TIA lo hacen sonar para atraer a una avestruz fugada, el que acude no es otro que Gorluak, el domador de perros quien, claro, al doblar la esquina donde se esconden nuestros personajes, porra en mano, recibe uno de esos batacazos tan característicos del genial Ibáñez. Todavía me parto cuando recuerdo esa viñeta. Para mí hay pocas cosas tan maravillosas como la risa floja. Mi obra siempre la tiene presente”.
Indicar, por último, que esta muestra está acompañada de un catálogo con textos de Alfonso de la Torre, Miguel Veyrat y una Polyfonía de Peter Wessel, así como toda la selección de obra expuesta