Un año más, como cada 25 de noviembre, conmemoramos el Día Internacional contra la Violencia de Género, una fecha que debe mantenerse mientras haya que hacer frente a esta lacra social. Un grave problema que contabiliza más de 800 mujeres asesinadas en España por sus parejas o ex-parejas desde el año 2003, cuando comenzaron a recopilarse datos oficiales.
Hablamos de un tipo de violencia que se dirige contra la mujer por el mero hecho de serlo, al ser considerada por sus agresores como alguien inferior y carente de los derechos de libertad, respeto y capacidad de decisión. Es por ello que uno de los aspectos clave para luchar contra esta forma de terrorismo es la Educación. Si no se trabaja este aspecto, la violencia de género pasará de generación en generación y la raíz del problema se mantendrá en el tiempo.
Para ello, desde el PSOE abogamos por incorporar al currículum en todas las etapas educativas una formación específica en igualdad y de prevención contra la violencia de género.
Por otro lado, debe hacerse frente de una manera rotunda a una lacra que va dejando tras de sí tal número de víctimas. Nuestro compromiso es claro, pues fue un Gobierno socialista el que aprobó la Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, que se ha consolidado como modelo internacional.
Y ahora es el momento de dar un paso más. Es necesario un Pacto social, político e institucional contra la violencia de género, que debe quedar plasmado permanentemente en la agenda política y convertirse en una cuestión de Estado prioritaria. Para empezar, el Congreso ya ha aprobado una iniciativa para poner en marcha este acuerdo, a partir de ahí es cuestión de ir avanzando.
Un avance que pasa por ir reponiendo y dotando suficientemente las partidas presupuestarias que durante los últimos años se han estado recortando en esta materia, especialmente en los recursos destinados a la prevención y a la asistencia social de las víctimas de violencia de género.
Un avance que pasa por contar con recursos para garantizar la eficacia de la Administración de Justicia y evitar que las denuncias no alcancen apenas el 30%. Hay que logar que las víctimas tengan confianza en la Justicia y se sientan protegidas, así como sus hijos.
Un avance que pasa por poner en marcha en los Juzgados Especializados en Violencia de Género el Acompañamiento Judicial Personalizado, para hacer accesible la información a las mujeres víctimas sobre el itinerario y procedimiento más seguro en su recorrido judicial, desde que ponen la denuncia hasta que termina el proceso.
Se trata, pues, de ser firmes y decididos en la lucha contra la violencia de género y de tener en mente a todas y cada una de las víctimas, no sólo mortales, sino también las que están pasando o han pasado por este calvario. Por ellas, por todas, para que esta forma de terrorismo llegue a su fin y la igualdad efectiva se imponga en nuestra sociedad.
