Ayer celebramos el Día de la Biblioteca en una de las mejores bibliotecas de España, al lado de estupendas bibliotecarias y bibliotecarios (que son menos numerosos pero también muy valiosos) de nuestra provincia y de toda la región.
En este acto institucional, donde se entregaron los premios Excelencia en Bibliotecas, en representación del alcalde de Guadalajara estaba presente la concejala Carmen Heredia y habló de las virtudes de la biblioteca de Guadalajara, la situada en el Palacio de Dávalos, la única con la que contamos en nuestra ciudad, una biblioteca pública que depende del ministerio y de la administración regional. No pudo hablar de mucho más.
Nuestro ayuntamiento no ha invertido, ni invierte, un euro en bibliotecas municipales, y así nos va: tristemente somos la única capital de provincia que no cuenta con bibliotecas municipales.
La Ley de Bases de Régimen Local establece en los municipios de más de 5.000 habitantes la necesidad de disponer de bibliotecas de acceso público, la Ley de la Lectura y de las Bibliotecas de Castilla-La Mancha va más allá y marca esta competencia en los municipios mayores de 1.000 habitantes. Señala además que todos los municipios de Castilla-La Mancha de más de 20.000 habitantes deberán disponer de una red municipal de bibliotecas, Toledo cuenta cuatro bibliotecas municipales, Cuenca con tres, Ciudad Real con diez, Albacete con quince y Guadalajara con ninguna, cero.
Las recomendaciones internacionales marcan una distancia mínima para acceder a la biblioteca ¿cuánto tardamos desde los nuevos barrios de la ciudad o las pedanías en llegar a la biblioteca de Dávalos? Nuestra ciudad ha crecido, en extensión y en población, la única biblioteca que tenemos en la ciudad funciona estupendamente pero no puede absorber las necesidades de una población de 84.000 habitantes.
Ayer se habló de las bibliotecas como motor de cambio, como espacios imprescindibles de transformación social y dinamización, en una ciudad donde la biblioteca es uno de los espacios públicos más usados, un lugar de encuentro, intercambio, donde los clubes de lectura aglutinan a cientos y cientos de personas y los cuentos son la seña de identidad de la ciudad no se entiende que las personas que nos gobiernan muestren tan poco interés por apoyar el libro y la lectura.
Este equipo de gobierno no es nuevo, lleva años suficientes en la institución como para que le hubiese dado tiempo a invertir en bibliotecas, la oferta educativa y cultural de la ciudad no estará nunca completa si no empezamos a llenar ese vacío y cuanto antes empecemos mejor, que ya llevamos muchos años de retraso.
Señora Heredia, la próxima vez que coincidamos en un acto relacionado con las bibliotecas espero escucharla hablar de las propias y no de las ajenas.
