Multitud de vecinos recorrieron el pueblo al son de la charanga, acompañando a los cabezudos, que persiguieron a niños y mayores como no hacían desde hace cerca de treinta años.
Tras la primera noche de fiesta y después de tantos años sin salir, podía cundir cierta incertidumbre acerca de la acogida que tendría la vuelta de los simpáticos personajes al municipio ribereño. Enseguida quedó despejada: la comitiva congregada en la plaza de la Constitución era tan numerosa como maravilloso fue el recorrido, con los vecinos asomados a balcones y puertas esperando recuperar un pedacito de su infancia.
Así lo manifestaron muchos de los presentes, sorprendidos por el buen estado de los cabezudos y felices por la iniciativa, propuesta por un joven vecino, Raúl Alcalá, que además dio vida a uno de los personajes: el dragón. Junto a él, un concejal del equipo de Gobierno, Sergio Reina, se escondía debajo del verdugo; Álvaro Alique bajo el ogro, Guillermo Gómez hizo las veces de Enano, Manuel Viñas encarnó a Lili y Javier Écija hizo de Cantinflas.
A todos ellos quiso agradecer la concejal Catherine García, que acudió en representación del Ayuntamiento. “Después de tantos años, ha sido impresionante ver las caras de felicidad de todos los vecinos, niños y mayores, y desde el Ayuntamiento agradecemos el esfuerzo de todos los actores, en especial al corazón de este retorno, Raúl Alcalá, y a todos los vecinos que nos han acompañado y nos han pedido que no se vuelva a perder esta tradición”.
Por su parte, el alcalde, Francisco Pérez Torrecilla, quiso poner en valor “estas iniciativas culturales, que entroncan con nuestra tradición y nos ayudan a reforzar nuestros lazos como vecinos, que es una forma maravillosa de luchar contra la despoblación a través del sentimiento”.
Desde el Ayuntamiento también agradecen a una de las vecinas, Ricarda, que durante el recorrido ofreció pastas y galletas para mantener la energía como se hacía tradicionalmente.
