Las Jornadas Medievales de Sigüenza van a llegar este año a su XVII edición. La celebración, en la que participa toda la ciudad, que se engalana para la ocasión, gira en torno a uno de los personajes seguntinos más conocidos, aparte de El Doncel: la reina doña Blanca de Borbón que en el siglo XIV vivió confinada en el castillo seguntino, tras ser repudiada por su esposo, el rey castellano Pedro I. La ciudad se engalana para la ocasión y se llena de puestos y mercaderías medievales que completa un programa lleno de actividades.
Un poco de historia
Doña Blanca llegó demasiado tard
e a Castilla para celebrar su boda con Don Pedro que, en todo ese tiempo había conocido a Doña María Díaz de Padilla, de la que se enamoró apasionadamente y quien le dio una hija, Beatriz, nacida el 22 de marzo de ese año, 1353. Y aunque el matrimonio se celebró efectivamente el 3 de junio, no es de extrañar que aprovechase el impago de la dote para repudiar a su esposa y volver junto a Doña María. Esta decisión enfrentó directamente al rey con su valido, Don Juan Alfonso de Alburquerque, a quien consideraba responsable de haberle ocultado la incapacidad de Francia de asumir los pagos. Pocos meses después la crisis se agudizó y el rey se enfrentó al Papa y a la nobleza castellana al casarse con Doña Juana de Castro tras anular su boda con Doña Blanca.
El emisario del Papa, junto a otros obispos, entre los que destaca el de Sigüenza, Don Pedro Gómez Barroso, lanzaron entonces la excomunión contra el rey. Su respuesta no se hizo esperar, y muy pronto atacó Medina del Campo y Toledo. Reducida la resistencia de esta ciudad, en mayo del 1355, el rey alejó de la misma a Doña Blanca, que acompañada por Juan Fernández de Hinestrosa, fue trasladada a Sigüenza, cuyo castillo acababa de recibir, al habérselo quitado el rey a su obispo, encarcelado en Aguilar de Campoo. El Papa envió un nuevo legado para resolver la situación de la reina, logrando la libertad del obispo seguntino, que se trasladó a Avignon, pero no la de la propia reina. Pocos meses después la causa nobiliaria se derrumbó, logrando el rey pacificar su reino.
Todos estos hechos los narra con detalle el cronista don Pedro López de Ayala en su Crónica del rey Don Pedro, y es a él a quien debemos los detalles minuciosos de los acontecimientos que sucedieron en los años siguientes, entre los que destaca la Guerra contra Aragón, motivada sobre todo por el apoyo del rey Don Pedro IV al levantamiento de los nobles castellanos. Los triunfos del rey castellano trajeron como consecuencia una tregua. Antes de iniciar la fase marítima de la contienda, el rey, en un ambiente de intrigas y deserciones, mandó asesinar a varios nobles, entre los que destacan sus hermanos bastardos, Fadrique y Juan. Para logra una nueva tregua fue enviado de nuevo un legado papal, cuyas negociaciones fracasaron. Y en el marco de esta situación, en 1359, fue cuando Don Pedro decidió trasladar a la reina Doña Blanca de Sigüenza a Jerez de la Frontera.
Había vivido pues la reina durante cuatro años confinada en el castillo seguntino y es ese traslado uno de los acontecimientos históricos que se recrean en las Jornadas Medievales de Sigüenza.
Hasta 1361 continuaron las guerras con Aragón, que concluyeron con la paz de Terrer. Fue por aquellos años cuando murió en Medina Sidonia la reina Doña Blanca, asesinada por un ballestero según sostienen algunos, aunque otros opinan que envenenada o simplemente víctima de una enfermedad. Ocho años después, caería asesinado el rey Don Pedro, y aunque en las Jornadas Medievales se recrea este hecho, siempre se recuerda que no ocurrió en el castillo de Sigüenza, sino en los campos de Montiel.

