La vuelta a casa, dicen, que siempre es positiva, menos para el Incarlopsa Cuenca. Han pasado ya dos meses desde que salieron victoriosos de su último duelo en casa. Otra de las adversidades a la que los conquenses tenían que hacer frente era la multitud de bajas que afrontaban, desde Leo Maciel, con el alta médica recién estrenada, hasta Ángel Pérez de Inestrosa, por motivos de competición. Por otro lado, un cómodo Helvetia Anaitasuna afrontaba como un desafío una de las pistas más duras de la competición.
A pesar de que fue el equipo local quien abrió el marcador, la escuadra navarra fue la protagonista durante los primeros minutos en el Sargal. Con un 2-5 en el marcador en los primeros minutos, los de Enrique Domínguez mostraban su juego ante un Incarlopsa Cuenca herido. Aunque cada ocasión para acercarse en el marcador era aprovechada por los rojos, el equipo verdiblanco revertía la situación y ponía tierra de por medio. No fue hasta el minuto 14 de juego cuando cambiaron las tornas. Lidio Jiménez, viendo que el rival se alejaba en lugar de acercarse, tomo la decisión de ejecutar su primer tiempo muerto. De esta forma, la diferencia pasó de cuatro a dos goles.
La novedad en el equipo fue Sergio López. Quien acostumbra a verse en el extremo, saltó a la pista de central con la batuta como accesorio para darle aire y garra al equipo, fundamentales en recortar distancias. Es por eso por lo que, a falta de un minuto para el final del primer tiempo, el Incarlopsa Cuenca puso las tablas a 12 en el electrónico. El gol de Álvaro Gastón, segundos antes del bocinazo, mandaba al Anaita´ por delante (12-13). Otra rotación vista en el cuarenta por veinte fue la de Carlos Fernández en la posición de extremos en lugar de ocupar la primera línea defensiva.
El paso por vestuarios se presentó como un tiempo de reflexión y cambio para los castellanomanchegos. Muestra de ello fueron los dos goles de Nacho Moya al minuto y medio de la reanudación que dejaron por primera vez a su equipo por delante en el marcador. Tal fue el rendimiento en los primeros minutos que Quique Domínguez solicitó un minuto de oro para poner freno a esa situación. Antes que esto ocurra, el parcial de la segunda parte era de 5-1 a favor de los locales.
Pasó el tiempo, pero el guion no cambió para los pamploneses. Sin embargo, fueron los guerreros conquenses quieres mostraron su fortaleza defensiva y su eficacia en campo rival para ampliar a 8-2 el parcial y llevar el electrónico 20-15 a su favor. En este punto, Helvetia Anaitasuna apostaba por un juego arriesgado, con defensas adelantadas y porterías vacías a la hora del ataque, medidas arriesgadas e ineficaces.
A falta de 10 minuto para que la mesa dicte sentencia, los de La Alcarria se encontraban en el mejor momento del partido, incluso de la temporada. Con la diferencia a siete, bajaron las marchas y los verdiblancos se aferraron a la épica. Un toque de atención pamplonés con un parcial 0-4 en cuatro minutos despertaron a su rival. Es por eso por lo que, al finalizar el partido, la diferencia entre ambos equipos se quedó en cuatro goles a favor de los de Lidio Jiménez (28-24)
Por Nahuel Briscek
