El Ayuntamiento de Cuenca tiene claro que la Plaza Mayor no volverá a tener árboles. Al menos, no como los que la habitaban hace tan solo unas décadas. Las razones son sencillas: causas técnicas y un impacto negativo en el paisaje.
El vecino Jorge Martínez presentó hace tiempo en los presupuestos participativos la propuesta de que los árboles regresaran a la Plaza Mayor, pero la respuesta recibida deja bien claro que en estos momentos es imposible.
Las razones son estas:
«El subsuelo de la plaza está los suficientemente transformado que resulta no apto para albergar las raíces de los árboles. La realización de alcorques y acondicionamiento subterráneo con unas dimensiones suficientes para albergar el sistema radicular de un árbol de tamaño medio grande, serían también de tamaño medio grande, para alimentación (intercambio) y anclaje. La afección de la obra y posterior desarrollo radicular al patrimonio arqueológico (Cuenca Subterránea) y las infraestructuras hidráulicas, eléctricas, etc serían importantes. La fotografía que se aporta pone de manifiesto, por impedir ver, el impacto paisajístico negativo. No se ve la plaza, ni la catedral. Da la sensación de una calle cualquiera, y desde luego más estrecha. Desde luego solo se ven árboles. Árboles que, en ese lugar, no contribuyen a diversificar la fauna, disminuir la temperatura ambiental, absorber CO2, emitir oxígeno, funcionar como pantalla acústica, etc….»
