El Diputado de Unidas Podemos Izquierda Unida, Daniel Touset, y la Coordinadora de Izquierda Unida Elena Loaisa han estado valorando la iniciativa de la Ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, de regular próximamente el teletrabajo ante el ejercicio de abusos de algunas empresas sobre los derechos de trabajadores y trabajadoras que desde la declaración del Estado de Alarma confunden intencionadamente el teletrabajo con el contrato de trabajo a domicilio. En una reunión telemática han analizado la regulación del teletrabajo desde tres perspectivas que se interrelacionan unas con otras: derechos laborales, brechas digitales (materiales y de conectividad) y condiciones psico sociales y el peligro de la “falsa conciliación”.
Para Touset “es indispensable regular la aportación de los equipos informáticos, la conexión a la red y el derecho de la empresa a acceder a los dispositivos utilizados para el teletrabajo cuando se accede a los mismos en remoto, y por lo tanto a su contenido”. Otra cuestión que queda pendiente es la responsabilidad del mantenimiento de su equipo informático y la conexión a internet, así como el abono de las horas no trabajadas en caso de que el equipo o la conexión fallen, y el pago de las horas extraordinarias trabajadas, que según Daniel Touset “deben ser asumidos por la empresa de manera inmediata, ya que no puede ser que el trabajador tenga que pagar de su propio bolsillo la cuota de acceso a internet, el gasto de luz, calefacción o aire acondicionado, folios el tóner o la impresora que son gastos empresariales y que como tal redundan en el beneficio empresarial”. Elena Loaisa y Touset consideran indispensable que los convenios colectivos tienen que incluir esta nueva realidad en sus negociaciones y el Estatuto de los Trabajadores contemplarla en su articulado
Respecto al segundo punto, consideran imprescindible analizarlo teniendo en cuenta el territorio que se habita, “y concretamente en nuestra provincia la despoblación va de la mano de cualquier análisis de la brecha digital”, afirma Loaisa para quien “si bien el teletrabajo es una oportunidad para revitalizar las áreas rurales, ello implica mejorar las infraestructuras para garantizar el acceso a la red a todos los municipios”.
Por último han mostrado también su preocupación por las afecciones negativas sobre las condiciones psicosociales de trabajadoras y trabajadores, ante el deterioro de la calidad de las relaciones interpersonales debido al aislamiento originado por el teletrabajo, para Daniel Touset “se ponen en peligro valores tradicionales de la izquierda como la solidaridad y la capacidad para organizarse y defenderse de manera colectiva ante abusos e injusticias en el ámbito laboral”. Finalmente consideran que es fundamental abordar esta cuestión con perspectiva de género, para Elena Loaisa, “todavía estamos muy lejos de un modelo familiar igualitario que favorezca la conciliación familiar-laboral, y seguimos siendo las mujeres las que cargamos con la doble jornada, tenemos que ser prudentes y tener claro qué modelo de teletrabajo queremos para evitar que se convierta en otra forma de mantener a las mujeres en casa. Compatibilizar simultáneamente en casa trabajo remunerado con tareas de cuidado de menores o dependientes, puede ser muy complicado y generar situaciones de estrés y ansiedad ante la imposibilidad de hacer dos cosas a la vez”.
