Estamos confinados aunque, poco a poco, vamos viendo una luz que precisa de una actitud responsable por parte de todos a la hora de salir a la calle. Un confinamiento que, además de vidas, se ha llevado por delante en lo festivo y deportivo celebraciones de las de toda la vida –llámense Semana Santa-, y competiciones de tanto arraigo como la Hoz del Huécar que, en cierta medida, han sido suplidas por manifestaciones surgidas en las redes sociales.
Quizás por eso, por la prohibición de correr la Hoz como siempre se hizo, el Club Atletismo Cuenca ideó una carrera que, al tiempo que ilusionara a los corredores, pudiera aportar beneficios destinados a ayudar a Aframas : una entidad sin ánimo de lucro de la ciudad de Cuenca que gestiona una residencia (Infantas de España) en la que viven personas adultas con discapacidad intelectual de toda la región, ahora sin recursos económicos tras afrontar los protocolos dictados por las autoridades sanitarias, compra de productos desinfectantes, epis, material desechable y nuevas contrataciones al reducirse la plantilla a la mitad por los efectos del COVID-19.
Esta Carrera de la Hoz, virtual, en palabras del presidente del Club, Rodrigo Albaladejo, recientemente presentada, surgió para poderla hacer en la propia casa o, cumpliendo las normativas, con la posibilidad de poderla hacer la al aire libre desde cualquier dispositivo móvil. Se trata de una idea para la que se han editado vídeos que estarán disponibles en las redes sociales para que, quienes quieran completarla, puedan disfrutar de dos masterclass.
Javier Polo, en la presentación de esta virtual Hoz del Huécar, explicaba que el día 10 no es el final sino el inicio, adelantando que se puede completar durante todo el mes de mayo porque llegarán sorpresas y, de seguir así, avanzando en la desescalada, cumpliendo la normativa, puede que intenten algunos corredores hacer la prueba, de forma individual, para después enviar material fotográfico con el que se pueda editar un audiovisual.
Las dificultades económicas por las que atraviesa Aframas, fueron explicadas por su directora, Cristina Muñoz, sin olvidar el momento, malo, por el que están pasando otros colectivos. Son dificultades sufridas a causa del Coronavirus en un centro que atiende a personas con discapacidad, confinadas actualmente en sus habitaciones desde el 10 de abril por infecciones por Coronavirus, con medidas especiales adoptadas para hacer frente a la epidemia. Una situación que la llevó a contactar con el Club Atletismo Cuenca y, desde ahí, con su enorme agradecimiento, poder abrir un camino por la Hoz que lo llevara hasta Aframas.
La inscripción abierta parte de los 5 euros y, el dinero, se ingresa directamente en la cuenta de la Asociación sin intermediarios. También se ha habilitado una ‘fila cero’ para quienes quieran colaborar y no puedan hacerlo de forma virtual.
Se trata de un reto en el que están involucrados corredores y patrocinadores. Llegar a los 20.000 euros para que, Aframas, pueda seguir cuidando a esas personas con discapacidad intelectual en su residencia Infantas de España.
Aframas S.O.S. Vídeo
Aframas es una entidad sin ánimo de lucro de la ciudad de Cuenca que gestiona una residencia en la que viven personas adultas con discapacidad intelectual de toda la región.
Además de facilitar a todas las personas un hogar donde vivir, trabaja para mejorar su calidad de vida en todos los ámbitos y dimensiones ofreciendo, a cada persona, el apoyo que necesita, Cristina Muñoz explica que, “el centro, gestiona 3 talleres ocupacionales (carpintería, encuadernación y jardinería) y un servicio de ocio inclusivo abierto a la comunidad”.
Actualmente, desde el 13 de marzo, todas las personas que viven en Aframas están sin salir de sus instalaciones estableciéndose, desde el primer momento, protocolos estrictos de funcionamiento que se adaptan al día a día hasta que el pasado 7 de Abril, afirma la directora, confirman el primer positivo y, dos días después, el segundo lo que obliga a que, desde el 10 de abril, todas las personas estén en sus habitaciones guardando el aislamiento y que, todos, sean considerados como si fueran positivos evitando contactos entre ellos.
Son medidas, continúa explicando Cristina Muñoz, “que se agravan cuando media plantilla causa baja laboral obligando a hacer nuevas contrataciones, compra de epis, material desechable y productos desinfectantes que nos llevan a una deuda, a día de hoy, de 19.981,84 euros”.
Aframas, es una entidad que se mantiene con una subvención anual de la Junta de Comunidades y con el 75% de las pensiones de las personas que viven en ella “que no contempla los gastos extras e imprevisibles de situaciones como la que estamos viviendo que nos llevan, imperiosamente, a pedir auxilio en un momento tan complicado para todos. Sabemos que no somos los únicos que lo estamos pasando mal, son momentos muy delicados pero tenemos que seguir atendiendo, apoyando y protegiendo a todas las personas que viven y trabajan en Aframas y, de ahí, nuestra llamada de S.O.S. ¿Nos ayudas?”
