Los préstamos y créditos online rápidos han ido aumentando su popularidad. Pese a sus intereses y los cortos periodos de devolución asociados, especialmente en el caso de los minipréstamos, la facilidad con la que se accede a ellos y la rapidez con la que puede se conseguir el dinero, entre otras ventajas, se han convertido en un producto recurrente.
La necesidad de dinero es algo habitual en el día a día de los españoles, lo que tiene que ver con la pérdida de poder adquisitivo de muchas familias tras la crisis económica. Es muy escueta su capacidad de ahorrar para tener un pequeño colchón financiero con el que hacer frente a inversiones y gastos imprevistos.
A mediados del año pasado, por ejemplo, el ahorro de las familias se había colocado en niveles mínimos. En concreto, la tasa se colocó en el 5% entre enero y marzo de 2018, solo una décima por encima del mínimo histórico que se había alcanzado en diciembre de 2017. Es verdad que las rentas de los hogares aumentaron en 14 000 millones de euros ese año, 2017, pero también lo hizo el consumo, en 25 000 millones. De ahí la tasa mínima de ahorro, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Los escuetos ingresos que tienen muchas familias españolas hacen que vivan prácticamente al día, es decir, que lleguen a final de mes sin saldo en sus cuentas y, por lo tanto, no puedan ahorrar, o puedan ahorrar muy poco. A nada que llegue una época de gasto, como las vacaciones de verano, la Navidad o la vuelta al cole, necesitan dinero extra. Y pedir un préstamo rápido, o recurrir a cualquier producto financiero similar, se ha convertido en una opción.
El crédito rápido online
Los créditos rápidos funcionan de forma similar a las líneas de créditos de la banca tradicional. Las financieras online que lo ofrecen proponen diferentes cantidades, que pueden ir de los 500 a los 5000 euros, y plazos de amortización desde los 3 a los 24 meses, habitualmente.
Cada operadora pone sus propias condiciones, así que conviene leer los términos antes de contratar una u otra, pero el funcionamiento es similar. Proponen al cliente utilizar el simulador para elegir cantidad a pagar y cuota mínima mensual, y solicitar el crédito a través de un proceso online que aseguran es rápido y cómodo. De esta forma, se venden a bombo y platillo los créditos baratos y rápidos, por el proceso mismo y por promociones como las de nuevos clientes, que permiten disfrutar de un primer crédito sin interés. Es algo común a los tres productos de los que hablamos.
Una vez es solicitado y aprobado, el crédito rápido se puede usar y devolver en cualquier momento, accediendo a una cantidad parcial o al total. Cada financiera establece un pago mínimo mensual por tener ese importe disponible, además de los intereses aplicados a las cantidades de las que se vaya disponiendo.
En definitiva, pone a disposición del cliente una cantidad de dinero, hasta un límite, para que el cliente lo utilice como quiera, y lo vaya devolviendo mes a mes con los intereses asociados a su uso.
Los minipréstamos rápidos
Más sencillo aún es el funcionamiento de los minipréstamos rápidos online. En este caso, el cliente dispone de una cantidad de dinero, que se le ingresa de una vez, y que debe devolver en un plazo corto de tiempo. Funciona a modo de anticipo: lo necesita para hacer frente a algún gasto que con su fuente de ingresos habitual no puede asumir, pero lo devolverá en cuanto vuelva a tener liquidez.
Los minipréstamos suelen ser cantidades bajas, de entre 300 y 600 euros, y es habitual que los primeros clientes solo puedan acceder a una cantidad límite que se incrementará una vez que lo hayan devuelto sin problemas, si necesitan recurrir a otro. Los plazos de devolución pueden ir desde los siete a las 30 días.
Hay financieras, sin embargo, que llegan a ofrecer 800 a devolver en 60 días o más, cumpliendo una serie de requisitos.
Los préstamos fáciles y rápidos
Al hablar de préstamo rápido online, hablamos de préstamos a plazos que llevan aparejados cantidades más altas que en el caso de los minipréstamos, y plazos de amortización también más amplios y en cuotas. Así, hablamos de cantidades que pueden oscilar entre los 500 y los 2000 euros o más (hasta 5000), y entre 3 y 24 meses de devolución.
Los productos se diversifican aún más atendiendo a las necesidades de los clientes. Hemos de hablar en este punto de los los comparadores online, que proponen diferentes opciones para filtrar resultados, y hacer una búsqueda más certera, que se ajuste a lo que el cliente va buscando. Ahí, precisamente, reside una de sus principales utilidades, lo que explica que hayan crecido a la par que los préstamos y créditos rápidos. Es el caso de Loando.es.
Así pues, en lo que respecta a dinero rápido, esto es lo más buscado:
Minipréstamos rápidos con ASNEF. Hay financieras que prestan a quienes figuren en ficheros de morosos como ASNEF o RAI, como MoneyMan o Préstamer. Sin embargo, las propuestas que envían al cliente pueden no corresponderse con su petición inicial, a lo que pueden sumarse intereses bastante altos.
Préstamos personales rápidos sin papeleos. OkMoney! y Zaplo.es ofrecen préstamos a plazos sin papeleo. No es que no comprueben la identidad del cliente y otra información relevante como el historial crediticio y las deudas contraídas, sino que utilizan otras vías para hacerlo. Una de las plataformas más conocidas es Instantor.
Préstamos rápidos online sin intereses. Una promoción habitual para nuevos clientes. No pagan intereses por el primer préstamo, que normalmente debe ser de una cantidad menor a la de los antiguos clientes. Ferratum Money, Dineo, ViaConto, CCLoan, MoneyMan, Dindin, Wonga, Vivus o Wandoo ofrecen esta opción.
Préstamos rápidos sin nómina. Las financieras online solicitan una fuente de ingresos regular, pero no todas exigen específicamente una nómina, sino que puede tratarte se otra. Lo hacen, por ejemplo, Dispon y Wonga.
Préstamos rápidos sin nómina ni aval. A lo anterior se suma el no requerimiento de aval, ni físico ni de propiedades.
Son financieras que muestra Loando.es entre sus resultados, aplicando los filtros.