Han tenido que llegar la recta final de legislatura y la proclamación de una nueva candidata a la Alcaldía en el Ayuntamiento de Cuenca para que por primera vez se pongan pública y manifiestamente de acuerdo el vigente alcalde, Ángel Mariscal, y el presidente de la Diputación Provincial, Benjamín Prieto, para ahondar aún más en la vergüenza y desastre que ha supuesto para Cuenca la gestión del Partido Popular.
Sabíamos de los constantes cambios de opinión del alcalde y del habitual desprecio de Benjamín Prieto por la capital conquense y la cultura, pero jamás podía imaginarse tal conjunción de ineptitud, bajeza política, insulto a los ciudadanos y electoralismo torpe en los dirigentes del PP, con la ciudad de Cuenca, una vez más, como primera víctima dificultando la colección Roberto Polo en la ciudad, después de una calculada labor de obstrucción y engaño.
Resulta deprimente leer declaraciones en las que el alcalde sencillamente miente respecto a la fecha y existencia de una petición formal por parte de la Junta para la cesión temporal de la Casa Zavala, y más aún cuando para justificar lo injustificable desprecia la importancia y el valor de una colección elogiada mundialmente.
Más triste aún, y no por previsible, es que Benjamín Prieto apoye la posición del alcalde diciendo que “ha de hacer valer sus edificios” y que “no solo de exposiciones vive el hombre, y menos el conquense”.
No sabemos si se trata de hacer méritos ante Paco Núñez, cuyo único proyecto para Cuenca es la defensa de la basura nuclear: buena para Castilla-La Mancha mientras no se acerque a Almansa. Y es que solo alguien como Núñez puede acusar a quien trata de traer un proyecto equiparable en importancia al que en su día tuvo el Museo de Arte Abstracto Español en las Casas Colgadas de “generar polémicas espúreas para tapar la inacción y la desvergüenza de Page con Cuenca”, ha dicho.
No es el presidente García-Page el que tiene que demostrar actitud, interés y esfuerzo inversor en Cuenca, pues los conquenses saben de sobra quién ha puesto todas las trabas posibles para frenar cualquier esfuerzo los dirigentes del PP conquense. Es Benjamín Prieto el que tendrá que explicar qué alternativas ofrecen a las grandes exposiciones temporales, a la ubicación permanente de una colección de primer orden internacional, al reinicio de las obras de construcción del Hospital que paralizó Cospedal, a la recuperación de más de un tercio de las 60.000 cartillas sanitarias perdidas por el Virgen de la Luz (por cierto, sin una sola palabra en contra de los populares conquenses), a la reordenación e impulso del Museo de las Ciencias y del Museo Paleontológico, a la ampliación de estudios en el Campus conquense, a la recuperación del personal sanitario y docente eliminado por Cospedal, a la apertura del centro de salud Cuenca III, etc.
No hay que darle más vueltas. Ante los problemas internos, y la evidencia de que llegan momentos difíciles para el Partido Popular en Castilla-La Mancha, la tentación de hablar con una “vox” nueva, radical, reaccionaria y retrógrada, les lleva a quitarse la careta y demostrar una alergia profunda a la Cultura, una muestra amplia, valiosa e ilustrativa de las vanguardias europeas y americanas de los siglos XX y XXI que trae la colección Polo.
Roberto Polo ha cedido a Castilla-la mancha 445 obras de arte por un período inicial de 15 años. La presencia de una parte importante de esta colección en Cuenca puede terminar sin hacerse realidad por culpa de un alcalde sin palabra y un presidente de Diputación sin interés ni altura. Y ambos apoyados por un líder regional que hereda los peores vicios de su mentora, Cospedal, que tanto daño hizo a esta tierra.
