En Huete, con tener la cabeza en su sitio ya es mucho porque lo demás, sobre todo lo referente a las cosas del alma, galopea a sus anchas en la autopista por la que resbalan las emociones. Me lo dijo hace treinta y dos años Tomasa Serrano que descansaba años a la puerta de su casa. Mire usté, yo voy cuando quiero y me da la gana (a la ermita de San Gil, se refería), y allí le digo to lo que me da la gana y más y le doy vivas: Viva ese Ramo de Flores, Viva la Vencedora Española, Viva la Rosa de Jericó…
Alejandro Justo no cabía en el traje que sujetaba los ahogos del momento: es que no me salen las palabras. Me da mucha emoción, quiero mucho a mi Santa y no puedo, no puedo, decía cerca ya de La Chopera quedando para siempre, en el recuerdo, de las voces de Jesús Calle y Antonio Quintero.
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