
Dicen que la Virgen se apareció en lo alto de un tejo y de ahí que, estas imágenes, se nos antojen pequeñas y aparezcan ante nosotros en lo alto de un árbol que quiere simbolizar al tejo. Da igual. Aquí la gente, como digo, la tiene por patrona y según nos contaba Aurora Mariana Muñoz, la más vieja del lugar con 96 años, antiguamente era todo para ella. «No voy a decir que antes teníamos dinero pero, lo que podías, si tenías cinco duros, una parte iba para ella, para la Virgen. Además a la iglesia se le tenía mucho respeto, más que ahora», dice Aurora, postrada en una silla de ruedas porque no puede mover su cuerpo doblegado por años y años de preñez, fatigas y trabajo. Por eso una de sus hijas la ha traído hasta la parroquial de Navalón para ver a su Virgen. Tenían que verla mirándola fijamente porque, en su interior, como en otras ocasiones que hemos vivido, se está despidiendo hasta el año que viene si Dios quiere. Me ha recordado otra entrevista realizada en Valverde de los Arroyos, hace ahora unos treinta años, en la que un hombre, muy mayor, me hablaba de la doctrina como cosa muy sagrada y de respeto.
Con la llegada de las festividades de La Asunción y de San Roque en el santoral, vuelven romerías con los mismos signos que las que se celebraron en la primavera o como las que llegarán en Septiembre. Claro que, en unas y en las otras, el paso de los años va marcando un acento otoñal, canoso, en los romeros, porque los jóvenes se quedan en casa a recuperarse de la noche madrugada anterior y cada vez participan menos.
En Navalón, esa pedanía de 32 habitantes en la que los legionarios sacaron al Cristo de la Fe, han llevado en romería a la patrona Virgen de Tejeda tan querida aquí, o más, que en Garaballa, municipio de la provincia de Cuenca en donde la veneran por todo lo alto celebrando cada siete años, del 16 al 26 de Septiembre, el septenario. La próxima cita será en el año 2018.
Navalón tiene 32 habitantes pero, en estas fechas, triplica una población que emigró en los años sesenta del pasado siglo asentándose en Valencia o Madrid, y que regresa cuando puede. Sobre todo en estas fechas en las que el terruño tira muy hondo y te retrata recuerdos de épocas pasadas. De aquéllos bailes en el local de la plaza «agarraos y no como ahora», dice Basiliso Sáiz, «tocaba Luis aunquele llamábamos el Burraco. Venían también de Cuemca, sí. Sobre todo acordeones. Y en invierno, en la Quebrá, íbamos a ver cual era el chorlito (carámbano) más grande que había. Animalás de entonces porque te caía uno de ellos y te mataba», añade Basiliso que vive la mitad del año en Móstoles como en Alcalá de Henares su amigo Bautista Fuente al que encuentro sentado a su lado en uno de los bancos de la plaza.
Setenta romeros han participado en la romería pero, como se aprecia en las imágenes, son ellas las que han ganado en participación llevando a hombros a la Virgen de Tejeda por la vieja carretera, cuesta abajo siempre, entre avemarías, padrenuestros y cánticos marianos dirigidos por el párroco Juan Julián Díaz, un cura que sabe latín y que se doctoró en dirigir a fieles tras años de apostolado en hispanoamérica y Francia, en dopnde tuvo que oficiar misas en latín porque unos parroquianos así lo exigieron a su obispo.
He visto mujeres, acercándose a su imagen, haciendo los últimos metros de rodillas pero, la cuesta de esta ermita de Navalón apunta al cielo y son los hombres los que ponen el hombro llevando a la Virgen hasta el lugar en donde, unos niños, papás y abuelos, hacen la ofrenda floral.
Tras la misa y unas coplas a la patrona, todo está decidido porque hay lo que hay. Un otoño que peina muchas canas y que, aunque enfervorizado, prefiere que la imagen de su Virgen sea trasladada en una pickup ahorrándose así, y ahora sí, esas cuestas que, de siempre, han sido desafíos de ciclistas aficionados a no subir del piñón 18 con resuello asegurado. Claro que, una vez arriba, el cielo.
Romerías en Castilla-La Mancha
En Castilla-La Mancha, entre otras muchas, destaca la romería de la Virgen del Monte en Bolaños de Calatrava siendo la más multitudinaria de la comunidad castellano manchega por su arraigo en pleno corazón del Campode Calatrava, en la antigua dehesa boyal de «la moheda». Donde el último domingo de abril se desplazan los peregrinos para pasar tres días camperos, desgustando la gastronomía típica como la caldereta manchega. Actualmente la romería tiene una duración de tres días desde el sábado, que llegan los romeros a los «rasos de la virgen» donde instalan los tradicionales «corros o chozos» hasta el lunes. Otras romerías de la provincia de Ciudad Real son la de la Virgen de las Viñas en Tomelloso, también el último fin de semana de abril; la de la Virgen de la Carrasca en Villahermosa el segundo fin de semana de septiembre, la de la Virgen de los Santos en Pozuelo de Calatrava el primer domingo de mayo y la romería de Santa María de Alarcos en la capital el domingo y el lunes de Pentecostés aunque, en estas fechas, hay otras como La Caballada. También destaca en la provincia de Albacete la romería de la Virgen de Cortes patrona de Alcaraz, que se celebra el 8 de septiembre. Y en la Provincia de Toledo, la romería de la Virgen del Valle en Toledo capital, donde los romeros se desplazan para visitar a la virgen y tocar la campana como marca la tradición. En la provincia de Cuenca destaca, de entre otras, la romería de la Virgen de Rus en la localidad de San Clemente celebrada el domingo siguiente al domingo de Resurrección, fiesta declarada de Interés Turístico Regional y ya, en la de Guadalajara, la romería de la Virgen de Barbatona.
